Desde que oyó a los médicos la palabra aterradora, todo lo vió entenebrecido; humores negros, esplines de lo más británico, neurosis franco-antioqueña le acometieron en gavilla. Pero no hubo remedio: tuvo que
encamarse.
Tomás Carrasquilla
En otros tiempos, cuando era mocita desvalida, pensaba que nunca tendría dinero ni una casa alhajada con hermosos muebles, ni vajilla reluciente, y esa imposibilidad de riqueza la entristecía tanto como hoy saber que ningún hombre de los que podían
encamarse con ella tenía empuje para convertirse en un tirano o conquistador de tierras nuevas.
Roberto Arlt
Muchos de sus discursos durante los programas hablaban sobre su vida personal o sus preferencias sexuales (aludiendo a que es bisexual), así como las numerosas veces que cuenta sus intenciones de "encamarse" con la madre de Miguel Granados (el colorado, así es como lo llamaba).