Por ellos soy jefe; mi ornamento: mis dientes y mis ojos”. “Pondremos al instante otros en cambio; huesos puros y netos entrarán”.
-Ante la desgracia de la quiebra, Costavilla perdió la energía y la esperanza; pero Anita Dolores,
en cambio, se reveló llena de aptitudes comerciales, dispuesta, activa, resuelta a salvar la casa de cualquier modo.
Emilia Pardo Bazán
Las balas, por consiguiente, pasan ahora muy altas, y no hay peligro alguno en atravesar nuestra calle. ¡
En cambio, fuera la mayor de las infamias que dejásemos morir a este desgraciado, por ahorrarnos una pequeña molestia!
Pedro Antonio de Alarcón
Por lo demás, ni ella me quiere, ni yo la merezco, ni hay para qué hablar de este asunto.
En cambio, ¡hágame usted el favor de creer, por esta primera lágrima que derramo desde que soy hombre, por estos primeros besos de mis labios, que todo lo que yo pueda agenciar en el mundo, y mis cuidados y mi vigilancia, y mi sangre, serán para Angustias, a quien estimo, y quiero, y amo, y debo la vida...
Pedro Antonio de Alarcón
¡Reventada sea tan digna servidora, que diría el necio de mi primo! Pero,
en cambio, luego darán las doce, y me avisarán que está el almuerzo...
Pedro Antonio de Alarcón
Si fueran lógicos, deberían tratarlos como a mí de traidores, pero en su país no piensan lo mismo, y a uno de ellos lo han designado Vicepresidente del Senado. En cambio, sí que pensaron lo mismo los dictadores atacados.
Más, si el número de los habitantes de Chile no crece, o crece con desalentadora lentitud, en cambio el número de contravenciones de la ley penal aumenta con inusitadas proporciones.
Debo deciros que además de lo provechoso que es hablar u oír hablar de filosofía, no hay nada en el mundo en lo que con más gusto tome parte; en cambio me muero de fastidio cuando os oigo a vosotros, los que tenéis dinero, hablar de vuestros intereses.
No hubo en aquellos días cuaresmales promiscuaciones ni excesos de gula; pero
en cambio se fueron derecho al cielo innumerables ánimas, y acontecieron cosas que parecen soñadas.
Esteban Echeverría
Y a quien, en cambio, le alcanza el destino del matrimonio y consigue tener una mujer sensata y adornada de recato, éste, durante toda la vida, el mal equipara constantemente al bien.
Uno de ellos recorre tranquilamente la tierra y los anchos lomos del mar y es dulce para los hombres; el otro, en cambio, tiene de hierro el corazón y un alma implacable de bronce alberga en su pecho.
De Wyoming,
en cambio, no sabemos lo que podíamos haber visto, cuando apenas en el comienzo de su breve y fantástica carrera creó—como contraste con el empalagoso héroe actual— el tipo del varón rudo, áspero, feo, negligente y cuanto se quiera, pero hombre de la cabeza a los pies, por la sobriedad, el empuje y el carácter distintivos del sexo.Hart prosiguió actuando, y ya lo hemos visto.
Horacio Quiroga