Pero, a todo esto, he de pedir disculpas por no haber dicho hasta ahora nada acerca de Iván Yákovlevich, persona honorable bajo muchos conceptos. Como todo menestral ruso que se respete, Iván Yákovlevich era un borracho empedernido.
No tener ya que pensar en el pago del arrendamiento, esa terrible pesadilla anual, ni en la próxima mudanza, ese trastorno periódico que, muchas veces, es la ruina, que siempre es un atraso, esto basta para que se borren de la mente del criollo los vestigios del instinto nómada, heredado de sus antepasados. Y pronto, aunque ya viejo, dejó Ortiz de ser el criollo empedernido que siempre había sido.
de su madre, que desgarró la casa; aquel ¡hijo! que no se sabía si dirigido al padre moribundo o a él, a Augusto, empedernido de incomprensión ante el misterio de la muerte.
Y así resulta que yo, por la cruel persecución de esta diosa, he debido transformarme en cuadrúpedo de la última categoría, y yo, cuyas desdichas deberían excitar la compasión del más empedernido criminal, soy acusado de robo en la persona de un huésped tiernamente estimado por mí.
Mi empedernido acusador, satisfecho de ser nombrado por los pastores ejecutor de la sentencia, se dispone sin dilación a insultar mi desdicha en recuerdo de la coz, cuyo escaso resultado lamentaba yo en este momento desde el fondo de mi corazón.
El peligro de nuestra sociedad estaría en conceder demasiado al empedernido espíritu colonial, que quedará hoceando en las raíces mismas de la república, como si el gobierno de la patria fuese propiedad natural de los que menos sacrifican por servirla y más cerca están de ofrecerla al extranjero, de comprometer con la entrega de Cuba a un interés hostil y desdeñoso, la independencia de las naciones americanas:–y otro peligro social pudiera haber en Cuba: adular, cobarde, los rencores y confusiones que en las almas heridas o menesterosas deja la colonia arrogante tras sí, y levantar un poder infame sobre el odio o desprecio de la sociedad democrática naciente a los que, en uso de su sagrada libertad, la desamen o se le opongan.
Estábase alegrando del mal ajeno el pecho
empedernido, cuando abaxo mirando el cuerpo muerto vido del miserable amante, allí tendido.
Garcilaso de la Vega
Y todo el que es devoto de Nuestra Señora de las Mercedes, aunque sea el pecador más
empedernido, tendrá muerte santa: porque la Divina Señora no sólo redime los cautivos de infieles, sino que le arranca al Diablo las almas que ya tiene entre sus garras.
Tomás Carrasquilla
Es la imagen del serrucho solitario de misérrimos lentiscos y pizarras; es el símbolo del barro
empedernido de los álveos de las fuentes agotadas...
José María Gabriel y Galán
¡Yo padecía sin esperanza! »¡Y ni aún este aviso de Dios fue suficiente a despertar de su letargo mi pecho
empedernido! Todavía no estaba colmada la copa de mi amargura, como lo estuvo pocos días después.
Pedro Antonio de Alarcón
Arriba, entre opacidades, el sol. Donde estaba el soñador
empedernido, casi en lo más alto del cerro, apenas si se sentían los estremecimientos de abajo.
Rubén Darío
¿Quien navegó sin ella? Distancia para el ojo -¡oh lueñe nave-, ausencia al corazón
empedernido, y bálsamo suave con la miel del amor sagrado olvido.
Antonio Machado