En las primeras décadas del siglo XX, gracias al impulso de una nueva exposición, la Exposición Internacional de 1929, se acondicionó la montaña de Montjuïc, con un proyecto del paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, autor del Parque de María Luisa en Sevilla, donde puso de moda el denominado «estilo neosevillano», caracterizado por el uso del ladrillo y el azulejo, y donde son esenciales el agua y el empleo de elementos como pérgolas y emparrados, así como escaleras y terrazas para dinamizar los terrenos.
Hacia el este, la terraza se termina en una rotonda en la que Marigny hizo construir un quiosco de estilo chino diseñado por Charles De Wailly. Entre la terraza y el camino se abren una serie de caminos arbolados, emparrados, recintos vegetales y un huerto.
Prunellidae: acentores. Ptilogonatidae: capulineros. Ptilonorhynchidae: pájaros emparrados. Pycnonotidae: ruiseñores. Regulidae: reyezuelos.
Estaba ubicado en Carabanchel Bajo, y contaba con una zona de explotación agrícola, paseos arbolados, parterres, bosquetes y emparrados, y unos jardines con fuentes, estatuas, grutas, invernaderos, pajareras y zonas de juegos, en unos terrenos de caminos sinuosos al estilo inglés, con los típicos caprichos y pabellones de tipo pintoresco.
En el nivel más elevado se situaba la casa real, con un paseo bordeado de postes de piedra y emparrados, y un terraplén repleto de hileras de tiestos con diversas especies de plantas, así como una fuente con cuatro canales de agua que creaban una partición cruciforme; en el segundo nivel había un jardín dividido en tres cuarteles, cada uno con una fuente; y en el tercero se situaba un jardín cercado con diversos compartimentos y laberintos, así como una fuente de forma piramidal.
Con el Parque de María Luisa Forestier puso de moda el denominado «estilo neosevillano», caracterizado por el uso del ladrillo y el azulejo, y donde son esenciales el agua y el empleo de elementos como pérgolas y emparrados, así como escaleras y terrazas para dinamizar los terrenos.
Cabría citar el de la Quinta de la Fuente del Berro en Madrid, con un jardín rústico, emparrados, invernaderos, cenadores, una ría con puentes y una isla con embarcadero; y el Palacio de San Telmo en Sevilla, propiedad de los duques de Montpensier, con unos jardines con glorietas unidas por caminos sinuosos, estanque con isletas, juegos de agua, grutas, montañas artificiales, quioscos y estatuas.
Además hay documentos en archivos históricos donde se mencionan la compra y venta, así como litigios a cuenta de viñedos emparrados.
Aparte de las mezquitas, las ciudades también se desarrollaron en «ciudades extremadamente amigables». Tenían emparrados en sombreadas callejuelas, rincones con árboles y jardines.
Entonces se pusieron de moda también los motivos orientales, así como los setos recortados, los emparrados y los arcos y columnas elaborados con ciprés.
Abundan los frutales de zona templadas: manzanos, perales y, sobre todo, ciruelos, algunos de los cuales están emparrados, a semejanza de la viña.
Algunas de estas técnicas han influido sobre el proceso moderno de producción del vino, incluyendo la consideración del clima y la orografía al elegir la variedad de uva a plantar, los beneficios de las diferentes espalderas y emparrados, los efectos de la poda y el rendimiento sobre la calidad del vino, además de técnicas vinícolas como el añejamiento sur lie tras la fermentación y la importancia de la limpieza a lo largo de todo el proceso para evitar la contaminación, las impurezas y el deterioro.