¡Pobre chico! pensaba ella. ¿En qué la habré disgustado? se preguntaba él. León, sin embargo, acabó por decir que uno de aquellos días tenía que ir a Rouen para un asunto de su despacho.
Deífobo apartó de sí el escudo, temiendo la lanza del aguerrido Meriones, y este héroe retrocedió al grupo de sus amigos, muy
disgustado, así por la victoria perdida, como por la rotura del arma, y luego se encaminó a las tiendas y naves aqueas para tomar otra de las que en su bajel tenía.
Homero
Un vecino ha venido a curiosear, y disgustado quizás, por no poder tener toda la Pampa para sí solo, chanceando, y de modo que todos lo oigan: -«Más alto es el rancho, más pronto vuela el techo,» dice.
Desde Hallstatt nos dirigimos al valle de Escher, cuyos variados panoramas entusiasmaron a los chicos. Sólo uno de ellos -el de cinco años- parecía
disgustado.
Sigmund Freud
Pero, Copperfield, ¡yo no era todavía más que un empleadillo en su despacho cuando ya le veía yo, no una vez, sino veinte, muy disgustado (con razón, en su calidad de padre, y no seré yo quien le critique) al ver a miss Agnes mezclada en cosas que no debían ser!
Ora ponga término a nuestro dolor, aparte el infortunio, extinga a un anciano cansado y disgustado de la a vida; ora nos arrebate en la juventud, cuando se esperaba porvenir mejor; ora llame a sí la infancia, antes de que se haga difícil el camino, la muerte es final para todos, para muchos remedio, deseo para algunos, y a nadie favorece tanto como a los que visita antes de que la invoquen.
¿Por qué cierras con tanta obstinación los ojos a la verdad, y crees injustamente tratado a tu hijo porque disgustado de la vida se retiró por sí mismo con sus antepasados?
La mirada de la hermosa desconocida cambiaba de expresión según transcurría la ceremonia. Tierna y acariciadora al principio, adoptó un aire desdeñoso y disgustado, como de no haber sido comprendida.
Juraron mortal odio eternamente la ciencia, el desengaño iluminado, la potencia fiera y insolente. El libro al poderoso dedicado no contuvo jamás verdades duras, que a los que pueden siempre han disgustado.
Era tarde, le esperaba el coronel. Pagó y salió visiblemente disgustado, según observación de Carmen. -Tendrá una ocupación urgente -pensó- ¡esos militares!...
na noche, pidió licencia el hombre para desensillar, y el día siguiente, pronto ya para la marcha, preguntó al patrón si no tendría algún trabajito para él, explicándole que era nativo de la provincia de Córdoba, que se había venido disgustado con la familia, y que buscaba colocación.
Al principio me sorprendió esta brusca partida y temí haberla disgustado; pero cuando la vi por la ventana subir al coche con tristeza y alejarse sin levantar los ojos comprendí mejor lo que sentía, y no le hice ya aquella injusticia.