Lo único que pretendemos, señor Presidente, es dejar atrás esta historia de colonialismo, esta historia anacrónica y construir una nueva historia en base al diálogo. Mire que poco pedimos: dialogar.
No les estamos diciendo que vengan a reconocernos que las Malvinas son argentinas; les estamos diciendo que cumplan con lo que dijo Naciones Unidas: sentarse a dialogar, a dialogar, a dialogar.
No solamente no ha cejado en esto, no solamente no ha dado oído alguno ni respuesta alguna a un reclamo y a una resolución…en realidad, son muchas las resoluciones de Naciones Unidas, son muchas las resoluciones del Comité de Descolonización, son muchas las resoluciones de distintos organismos como la OEA y como distintas agrupaciones multilaterales, Grupo de Río, etcétera, que piden a Gran Bretaña que se siente a dialogar con la Argentina.
En el mundo real, en el mundo de las instituciones, nosotros este 2 de abril, porque también leí algunos comentarios que estaríamos preparando no sé qué cosas, vamos a seguir con la misma política de siempre: recordando a nuestros muertos, porque a los muertos se los recuerda y se los homenajea, pero fundamentalmente, vamos a seguir con el reclamo de que se cumpla la resolución de Naciones Unidas de sentarse a dialogar y a negociar sobre esa cuestión.
No estamos pidiendo que digan que tenemos razón, eso no es diálogo, eso es imponer un criterio; simplemente queremos que se sienten a cumplir con la resolución de Naciones Unidas a dialogar sobre la cuestión de la soberanía en las islas Malvinas.
Coloquio constante con todos, piensen como piensen; confianza en nuestras ideas; ver con ojo escudriñador lo que nos rodea; leer con avidez, escribir y hablar, ganar las cátedras, conquistar todas las trincheras ideológicas, ir a las plazas, ser, si esto sirve, hasta predicadores dominicales; dialogar con los campesinos, con los obreros, con la amplia y ramificada clase media, para ser orientados y poder orientar.
Precisamente, cuando el ciudadano Ramón Aguirre Velázquez se disponía a responder a nuestros planteamientos y a dialogar con los miembros de la comisión, se produjo el segundo de los sismos de consideración que es de todos conocido, por lo que se relevó al citado funcionario de su compromiso con la Comisión Especial a fin de que estuviera en posibilidad de atender las situaciones que pudieran haberse derivado de este fenómeno.
Una sociedad que sepa argumentar, dialogar y a través de la acción comunicativa en todos sus ámbitos, logre esos acuerdos que permitan los hechos de justo equilibrio entre los individuos y sus comunidades y evite el panorama desolador en el cual se asfixian millones de jóvenes.
La Sociedad Civil asumió el deber de preservar a nuestra patria, ella manifestó su desacuerdo con la masacre y obligó a dialogar; todos comprendimos que los días del eterno partido en el poder, quien detenta para su beneficio el producto del trabajo de todos los mexicanos, no puede continuar más; que el presidencialismo que lo sustenta impide la libertad y no debe ser permitido, que la cultura del fraude es el método con el que se imponen e impiden la democracia, que la justicia sólo existe para los corruptos poderosos, que debemos hacer que quien mande lo haga obedeciendo, que no hay otro camino.
Entonces, como zapatistas que somos, pensamos que no bastaba con dejar de dialogar con el gobierno, sino que era necesario seguir adelante en la lucha a pesar de esos parásitos haraganes de los políticos.
Con esta educación hogareña, caldeada de cariño, atenciones y nutrida de ejemplos edificantes, en medio de un hogar respetable y dignificado por las leyes cristianas, su vida se hizo plegaria frente a los altares y aulas de la educación; sus ojos se entornaron solamente hacia Dios, con el ritmo sacro de lágrimas matinales y vesperales, petitorios de bienes para sus semejantes, que muchas veces humedecieron la penumbra de las naves conventuales, con una radiosa postura arrodillada, en dulce éxtasis, para dialogar con el cielo y escuchar las partituras, que, únicamente Ella, la Religiosa Sor Teresa Gallardo Loayza, podía escuchar plenamente.
Creo que a todos nos consta que las autoridades universitarias siempre tuvieron disposición para dialogar y llegar a acuerdos en el marco de la ley y en bien de la Universidad.