Mas, porque sepáis de ello enteramente, sabed que el rey (que Norandín se llama) muchos años amó rendidamente la que por bella sin igual se aclama hija del rey de Chipre; y finalmente, ya desposados ambos, con la dama y un séquito de muchos a su cargo, tomó el camino a Siria menos largo.
Olvidábaseme de decir cómo la enamorada mesonera descubrió a la justicia no ser verdad lo del hurto de Andrés el gitano, y confesó su amor y su culpa, a quien no respondió pena alguna, porque en la alegría del hallazgo de los
desposados se enterró la venganza y resucitó la clemencia.
Miguel de Cervantes
Fuéronse a acostar todos, quedó toda la casa sepultada en silencio, en el cual no quedará la verdad deste cuento, pues no lo consentirán los muchos hijos y la ilustre descendencia que en Toledo dejaron, y agora viven, estos dos venturosos
desposados, que muchos y felices años gozaron de sí mismos, de sus hijos y de sus nietos, permitido todo por el cielo y por la fuerza de la sangre, que vio derramada en el suelo el valeroso, ilustre y cristiano abuelo de Luisico.
Miguel de Cervantes Saavedra
Mediante ella, que es la expresión de nuestro esfuerzo, hemos arrancado a la Esfinge el óleo sanador de enfermedades horribles, hemos gritado el «levántate, Lázaro» a espectros desposados con la muerte, y es ella lo que las madres adoran en la frente del médico inclinada sobre un niño que sufre; mediante ella volamos sobre los continentes, con las alas y el aliento del vapor, como ángeles anunciadores, y marchamos sobre las aguas como el apóstol; mediante ella lanzamos nuestro pensamiento, como una buena nueva, por los hilos del telégrafo, prolongación de nuestros nervios; mediante ella hacemos el eterno milagro de suprimir la distancia y el tiempo, y de multiplicar el alimento y la vida.
Pues ya se hace inquisición para casarse uno, que después de darles el dote se obliga a hacerse cornudo dentro de tanto tiempo y el marido escoge el género de gente con quien mejor le está: extranjeros, seglares o eclesiásticos, y ha de llegar el tiempo en que han de usarse en España conmaridos y se ha de llamar Junta de dos desposados y vacadas los barrios, aunque la sobra de mujeres se ha cogido tanto cornudo estos años que valen a huevo.
Siempre los habían llamado los prometidos. El asunto le parecía claro; estaban los dos desposados, aunque ninguno de los dos se hubiese explicado nunca.
Luego se volvieron a casa del caballero, que estaba con grandísima pena de su falta; y lo mismo tenían Marco Antonio y Teodosia, los cuales ya por mano de clérigo estaban
desposados, que a persuasión de Teodosia (temerosa que algún contrario acidente no le turbase el bien que había hallado), el caballero envió luego por quien los desposase; de modo que, cuando don Rafael y Leocadia entraron y don Rafael contó lo que con Leocadia le había sucedido, así les aumentó el gozo como si ellos fueran sus cercanos parientes, que es condición natural y propia de la nobleza catalana saber ser amigos y favorecer a los estranjeros que dellos tienen necesidad alguna.
Miguel de Cervantes Saavedra
Solícita Junón, Amor no omiso, al son de otra zampoña, que conduce ninfas bellas y sátiros lascivos, los
desposados a su casa vuelven, 1080 que coronada luce de estrellas fijas, de astros fugitivos, que en sonoroso humo se resuelven.
Luis de Góngora y Argote
Ya que eran
desposados, misa les querían dare, allego un falconero a Carlos el emperante, que venía de aquellas tierras de allá de allende el mare; y dijo que el conde era vivo, y que traía señale.
Anónimo
Ni tortuga, ni pez; sólo el venero que mantiene su estrofa concéntrica en el agua y que dio fe del ósculo primero que por 1850 unió las bocas de mi abuelo y mi abuela... ¡Recurso lisonjero con que los generosos hados dejan caer un galardón fragante encima de los
desposados!
Ramón López Velarde
Exortándola tan de veras y para efetuar el negocio la dixo: -Alma de Dios, no porque don Gregorio la dé essa palabra y haga la cédula que dize, ha de hazer cosa alguna que no diga con ser muger honrada y, temerosa del Señor, cuydadosa de su honor, porque, aunque aya lo que he dicho, sería pecado mortal hasta que conforme al santo Concilio estén desposados.
Luego, de los mismos caballos de la gente que llegó al socorro tomaron los que hubieron menester para los cinco peregrinos, y acordaron de irse al lugar de Marco Antonio, ofreciéndoles su padre de hacer allí las bodas de todos; y con este parecer se partieron, y algunos de los que se habían hallado presentes se adelantaron a pedir albricias a los parientes y amigos de los
desposados.
Miguel de Cervantes Saavedra