Fundamentos de la fe Porque creo El matrimonio cristiano El misterio de la masonería, La Iglesia y los obreros ¡Misterio! descorriendo el velo,
Oswaldo Zeballos Ortiz, director del "Colegio Peruano de Arica" expresaba a sus alumnos, el 23 de diciembre de 1899: " Estudiad, para que descorriendo el velo de la historia patria, os hagáis también mejores hijos de ella; ella que hoy más que nunca necesita de vuestro concurso, sus hijos más predilectos, que sacarla puedan del abismo de desgracias adonde la arrojaran la envidia de los de afuera y la perversa y mal intencionada ambición de los de adentro ".
Esta vez no era el tímido roer del ratón furtivo y porfiado: la sierra ya apretaba de firme: desde fuera hacían un agujero amplio, redondo, para que cupiese por él la mano del ladrón, y
descorriendo los cerrojos, pudiese franquear la entrada...
Emilia Pardo Bazán
1964) en un concurso de materiales didácticos novedosos: mini televisores rotafólicos, con sus bandas de historietas en imágenes (cómics artesanales y rústicos: rayitas, curvas y círculos) hechas por mis educandos y las cancioncitas, también producidas por ellos, con mi contribución; además del gran televisor rotafólico donde yo había amplificado los trabajos hechos por mis niños y servían de detonador didáctico para hablar, inventar enunciados y escribir desde el nivel garabato hasta ir descorriendo las fases de la conciencia fonológica y la escritura.
Pedimos ferrocarril, porque tenemos derecho a pedirlo, no para beneficio del Oriente, sino para el bienestar general de la República; porque nuestra conciencia y buena fe nos obliga a demostrar la verdad, descorriendo el velo provincialista que cubre los ojos de nuestros compatriotas del Occidente.
Alceme lleno de enojo; y descorriendo las cortinas de terciopelo carmesí que ocultaban una ancha ventana, vi que esta se abría a seis pies de elevación, sobre un extenso jardín, en cuyo fondo divisábase una galería iluminada, cubierta de enredaderas, de donde venía la gozosa algazara.
Mas ya no pudo ser: tras el reguero De negra sangre que sus pasos marca, Tras el golpe postrero, Va la heroica legión; su vista abarca Un ensanche de luz del horizonte, Do la mano invisible de la patria, De Ituzaingó los velos
descorriendo, Reproduce en el cielo vigorosas Las cifras del ardiente vaticinio Que en el festín de Baltasar mostraron De un trono ya caduco el exterminio.
Juan Zorrilla de San Martín
Y cuando, a la mañana, pasa alegre rozando tu ventana que la primera luz del alba dora, te dice la habladora: «Ya, descorriendo los nocturnos velos, se levanta la aurora, sonrisa luminosa de los cielos: ¡Despierta, Magdalena, que ya es hora!» Y así te enseña a ser madrugadora, y así te evita sustos y desvelos en la noche traidora.
Cuando llegaron al foso y a las torres que protegían las naves, los centinelas comenzaban a preparar la cena, y el mensajero Argifontes los adormeció a todos; en seguida abrió la puerta,
descorriendo los cerrojos, e introdujo a Príamo y el carro que llevaba los espléndidos regalos.
Homero
Ferrier sintió que una muerte instantánea sería preferible a esta azorante incertidumbre que paralizaba su corazón. De un salto llegó hasta la puerta y, descorriendo el cerrojo, la abrió de par en par.
Esta línea se refleja en el contenido del Memorándum de 1904, presentada por la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz al Congreso de Bolivia, que en una de sus partes decía: “Pedimos ferrocarril, porque tenemos derecho a pedirlo, no para beneficio del Oriente, sino para el bienestar general de la República; porque nuestra conciencia y buena fe nos obliga a demostrar la verdad, descorriendo el velo provincialista que cubre los ojos de nuestros compatriotas del Occidente”.