Bueno es descubrir la traición, mas no del todo seguro. Las traiciones muestran desconfianza de la bondad o talento o poder del príncipe.
Las nuevas generaciones han aprendido en la justa desconfianza, en el hábito insustituible de la crítica más acerba, pretextos para la inacción.
Todo extremo envuelve fatalidad, por eso una desconfianza desmedida sofocaría los mejores planes; pero, ¿es acaso menos temible un exceso de confianza?...
¡Ah! perdona, Genaro, mi locura; no fué desconfianza en tu cariño, fué mi desolación, fué mi amargura. GENARO: ¡Oh Valentina mía!
Pero en aquellos días finales las conjeturas y las extravagantes fantasías abundaban singularmente entre los hombres, y aunque el temor sólo asaltaba a unos pocos ignorantes, el anuncio de un nuevo cometa formulado por los astrónomos fue recibido con no sé qué agitación y desconfianza generales.
Además, no tiene aspecto de perro corriente...— y sintió que se le acercaban. Rápidamente se incorporó. Su mirada vertía
desconfianza... Quizo huir...
Antonio Domínguez Hidalgo
3.° Procurarán informarse de los labradores, transeúntes, y muy particularmente de los pastores, si han visto o llegado a sus hatos alguien, que por su persona o mala traza inspire desconfianza.
De resultas de esta historia, las diferencias superficiales entre identidades étnicas y raciales han dado lugar a conflictos muy arraigados, a desconfianza y odios duraderos, y a un sentido de culpa y vergüenza.
Tus amigos quedarán infaliblemente expuestos al peligro de ser desterrados de su patria o de perder sus bienes, y respecto a ti, si te retiras a alguna ciudad vecina, a Tebas o Megara, como son ciudades muy bien gobernadas, serás mirado allí como un enemigo; porque todos los que tienen amor por su patria te mirarán con desconfianza como un corruptor de las leyes.
Vi como salía ese ser horroroso volando por la ventanilla y chocaba contra ese muro que antiguamente protegía una casa habitada por unas mujeres a las cuales les decían las beatas y que según decían, eran exorcistas. Todos escuchaban con ese aire de desconfianza que producen las palabras de un borracho.
El procurador traía también la relación de los suyos y me habló un lenguaje tan cruel, de parte del abogado, mezclando las palabras
desconfianza..., insolvencia..., ejecución, y yo no sé qué otras, que me cegué y no vi, tiré de la gaveta y le entregué todo lo que me pedía; es decir, todo lo que me quedaba, lo que me habían dado por la gargantilla de perlas, mi último dinero, mi último pedazo de pan...
Pedro Antonio de Alarcón
Cuando hubimos escuchado estas objeciones, nos enfadamos mucho, como en seguida lo confesamos, de que después de haber estado tan bien persuadidos por los razonamientos anteriores, vinieran éstos a perturbarnos con sus dificultades y a sembrar en nosotros la desconfianza, no sólo de todo lo que se había dicho, sino además de todo lo que en el porvenir pudiéramos decir, puesto que creeríamos siempre que no seríamos buenos jueces en estas materias o que estas serían por sí mismas poco susceptibles de ser conocidas.