Muchos sobrevivieron la tormenta en sí misma, pero murieron luego de varios días atrapados entre los restos derruidos de la ciudad ante la imposibilidad de los rescatistas de llegar a ellos.
Se encuentra muy cercano a las localidades de Majones y Villarreal de la Canal, ambas en término de la Canal de Berdún. La práctica totalidad de los edificios del pueblo están hoy en día derruidos.
Los arcos fueron derruidos y remplazados por postes de luz en 1914; en el año 2002 se reconstruyeron en el distrito de Short North debido a su interés histórico.
San Ambrosio, consejero del emperador, tuvo el tacto suficiente para que los paganos fueran respetados en sus personas y en sus cargos, pero muchos templos en cambio, fueron derruidos y las estatuas de dioses y diosas, destruidas con pasión.
En el cerro de la Torre o de la Muela (1.047 msnm)donde está la mojonera con Aguilera se ven todavía los restos de una torre prismática con el primer piso macizo, de la que arrancaban los hoy derruidos muros, y realizada en sillar irregular y tizones.
Durante una semana preparó a sus tropas y el séptimo día, cuando tuvo las catapultas a punto, entró dentro del recinto amurallado. Medio millón de personas murieron y la mayoría de edificios fueron derruidos.
Ermita de San Antón: Antigua iglesia parroquial de la localidad construida hacia la primera mitad del siglo XVIII. Contaba con cúpula, nave central y campanario, estos dos últimos derruidos en los años ochenta por estar en ruinas.
En la antigüedad daba movimiento a la herrería de Lugros y a varios molinos harineros(hoy en día ya inexistentes o derruidos por el tiempo).
Luego que vio el desastre de su ciudad tomada, los umbrales de su palacio derruidos, y posesionado el enemigo de sus hogares, rodea vanamente el anciano sus trémulos hombros con la desacostumbrada armadura, ciñe la inútil espada y se arroja a morir en medio de la muchedumbre enemiga.
La lluvia que penetraba Por los techos derruidos Tenía ya enmohecidos Los aposentos doquier; Y en los viejos paredones Las vigas, fuera de asiento, Amagaban de un momento A otro momento caer.
No podía ir de nuevo a aquel oscuro caos de antiguos bosques y laderas, ni enfrentarme otra vez con aquel gris erial donde el negro pozo abría sus fauces al lado de los derruidos restos de una casa de labor.
Sin embargo, aunque demostrado el error de los cimientos de la escuela tradicional y derruidos éstos y el edificio de la misma, aún en nuestros días, no ha sido posible desarmarlo del todo debido a múltiples problemas de diversa índole, algunos insignificantes, pero poderosos: el burocrático; otros, como el socio-económico-político, muy difícil de superar sin una verdadera y justa transformación social.