Digo ahora que ella, tras ser de algún sollozo interrumpida, con dulce y gustosísima querella, da relación al conde de su cuita con cuanta brevedad la necesita.
Su hermano se presentó repetidamente en la habitación, alegre a pesar de su crimen; pero ella no osó decirle una palabra de su
cuita.
Hans Christian Andersen
El día es para el mal y los afanes: ¡He aquí la noche plácida y serena! El hombre, tras la cuita y la faena, quiere descanso y oración y paz.
Quando los companneros que con elli isieron, Plegaron a Guiraldo e atal lo vidieron, Fueron en fiera
cuita en qual nunca sovieron: Esto commo avino, asmar non lo pudieron.
Gonzalo de Berceo
Manamano que fuy en tierra acostado, De todo el laçerio fui luego folgado: Oblidé toda
cuita, el laçerio passado: Qui alli se morasse serie bien venturado!
Gonzalo de Berceo
En vano el infeliz días y noches de su antigua mansión en los umbrales lamentando pasó como un mendigo sus duelos y sus males: no salió de una reja a los cristales su cuita a consolar un solo amigo.
en vano, en vano noche y día a Genaro en sus rejas esperaba. Genaro no venía, que su cuita y su cárcel no sabía, o su amor y su cárcel olvidaba.
Afuerzate, no temas, non seas desmarrido: Sepas seras ayna desti dolor guarido: Tente con Dios a una por de
cuita essido, Ca dizlo el tu pulso, que es bueno complido.
Gonzalo de Berceo
Los arboles que façen sombra dulz e donosa, Son los Sanctos miraclos que faz la Gloriosa, Ca son mucho mas dulçes que azucar sabrosa, La que dan al enfermo en la
cuita rabiosa.
Gonzalo de Berceo
Tanto anduve a lo largo la ribera que, si algo quería hablar, siempre cantaba, pidiendo su favor con voz extraña; mas nunca de tal modo concertaba las notas de mi cuita lastimera que abriese el corazón de aquella huraña.
La oficialidad colombiana era, pues, motivo de zozobra para las muchachas, de congoja para las madres y de
cuita para los maridos; porque aquellos malditos militronchos no podían tropezar con un palmito medianamente apetitoso sin decir, como más tarde el valiente Córdova: Adelante, y paso de vencedor, y tomarse ciertas familiaridades capaces de dar retortijones al marido menos escamado y quisquilloso.
Ricardo Palma
Vuelve el caballo y por la selva densa lo guía por senda estrecha y no expedita; y, porque que va atrás Reinaldo piensa, el gesto siempre atrás vuelve con cuita.