Las mujeres trajinaban, disputaban, se agarraban, daban de mamar a sus
críos en plena calle; detrás de los tapiales, por los mezquinos huertos de coles y habas, a la sombra de un retuerto manzano, los enamorados se pasaban la tarde mano a mano y juntos.
Emilia Pardo Bazán
Perdóname que no ame tantos nietos como quieres, qué vergüenza traer más
críos a este mundo hambreado, corrupto, contaminado, egoista, cruel, consumista, superficial, neurótico y todo lo que dicen los peores puritanos de roperos; qué mal gusto irresponsable de las hembras y los escuálidos matriarcas que se cuelgan el letrero de hombres; perdóname que malgaste mis orgasmos creando versos, algún cuento, treinta libros o más, quince discos de larga duración tan aburrida, algún drama adolescente, mientras pienso ser quetzal sin rejas.
Antonio Domínguez Hidalgo
El señor Homais le consideraba por su instrucción; la señora Homais le tenía afecto por su amabilidad, pues a menudo acompañaba en el jardín a los pequeños Homais, unos críos, siempre embadurnados, muy mal educados y un poco linfáticos, como su madre.
Ni cuenta se iba dando que el tiempo pasaba inacabable, como en eterna y monótona construcción, y que ya eran ocho, nueve hermanos; tantas primaveras que iban dejado los chillidos de los
críos conforme iban naciendo.
Antonio Domínguez Hidalgo
Sus críos tiznados y esbeltos como diablos, acechaban por los resquicios de las barracas, y huroneando se metían bajo los toldos de lona, donde tocaban organillos dislocados.
Allí, el cónsul, sus legados y tribunos militares se rieron de ellos y les regañaron por dejarse atemorizar por trucos de magia, como si fueran críos chicos.
Por desgracia, el estómago no entiende de dignidades, ni espera, ni transige; el Expósito padecía una enfermedad crónica; el hambre. La había contraído en la cuna, en el escurrido seno de la nodriza, compartida con otros dos
críos y no pagada por la Diputación.
Emilia Pardo Bazán
Además, eso de tener hijos o no tenerlos debía de depender ––decíase entonces–– de la mayor o menor fuerza de cariño que los casados se tengan, aunque los hay enamoradísimos uno de otro y que no dan fruto, y otros, ayuntados por conveniencias de fortuna y ventura, que se cargan de críos.
Éstos habían descubierto que a Zócvel le resultaba imposible cambiar su oscura convic-ción de emperatriz matriarca; esa enloquecedo-ra y fanática avidez de querer ser para siempre el centro dominante de su universo de
críos y amasios.
Antonio Domínguez Hidalgo
Robin Hood La Constancia Arequipe Colombina Críos Grissly Xtime Max Millows Bon Bon Bum Cofee Delight Choco Break Nucita Piazza Crackeñas Bridge Petit Muuu Leche Condensada Colombina Snacky Buon Giorno Kick Ponky Hallo.
Los críos no quedan muy contentos con la tutela, así que agarran el invento del Profesor que transforma cualquier voz en la suya propia y encargan una pizza para Bonnigan 8, un planeta en la otra punta del Universo (Aunque, como diría Fry más tarde, el universo termina en Bonnigan 7).
Contestadme con sinceridad. Adoraís a los Pokémon, ¿verdad?»:«Un par de críos imprudentes que intentan adentrarse en la hierba alta sin tener Pokémon...