Suspira Hixén; su corazón desgarra Una furia infernal; su mano lleva Al puño de la corva cimitarra Y abre los ojos la infeliz Halewa.
Y ¿quién habrá que lo impida? ¿Quién ¡vive el cielo! me estorba Darte una buena batida Con esta péñola corva, En tu propia hiel teñida! Nadie...
Sus labios delgados y hundidos se dilataban a la sombra de su nariz desmesurada y
corva como el pico de un aguilucho, y aunque de sus ojos pequeños, redondos y casi ocultos entre las espesas cejas, brotaba una chispa de mal reprimida cólera, seguía impasible golpeando con su martillito de hierro el yunque donde aderezaba las mil baratijas mohosas y, al parecer, sin aplicación alguna, de que se componía su tráfico.
Gustavo Adolfo Bécquer
A menudo que ella, se cuenta, con ardiente corazón enfurecida, clarísonas voces vertió desde lo más hondo de su pecho, 125 y que entonces triste ascendía a abruptos montes, de donde su mirada del piélago al vasto hervor tendiera; que, entonces, de la trémula sal corría hacia las contrarias ondas, sus blandos ropajes levantando de su desnudada corva, y que estas cosas en sus extremas quejas afligida decía, 130 frigidillos sollozos de su mojado rostro suscitando: “¿Cómo es que así a mí, de las patrias aras lejos, pérfido, llevada, pérfido, en un desierto litoral me dejaste, Teseo?
Delgado era el caballero, de estatura no muy alta, vivaces ojos, la boca inquieta, roja la barba, pálido y enjuto el rostro, nariz
corva y afilada, noble su porte y siniestras y terribles sus miradas.
Ángel de Saavedra
Su gran nariz
corva, filuda, caída verticalmente sobre la boca desdentada, de labios delgados, da un aspecto socarrón y astuto al semblante marchito, sombreado por una escasa barba gris, enmarañada y sucia.
Baldomero Lillo
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores sobre la parda tierra —harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra—, las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para formar la
corva ballesta de un arquero en torno a Soria.
Antonio Machado
Entretanto, la contempla con sus ojos de mármol una Diana que se alza irresistible y desnuda sobre su plinto; y le ríe con audacia un sátiro de bronce que sostiene entre los pámpanos de su cabeza un candelabro; y en el asa de un jarrón de Rouen lleno de agua perfumada, le tiende los brazos y los pechos una sirena con la cola
corva y brillante de escamas argentinas, mientras en el plafón, en forma de óvalo, va por el fondo inmenso y azulado sobre el lomo de un toro robusto y divino, la bella Europa, entre delfines áureos y tritones corpulentos que sobre el vasto ruido de las ondas, hacen vibrar el ronco estrépito de sus resonantes caracoles.
Rubén Darío
Y como si Berta se hubiese empequeñecido, de tal modo cupo en la concha del carro de oro, que hubiera estado holgada sobre el ala
corva de un cisne a flor de agua.
Rubén Darío
Ya el tirano en su caduco trono pálido tiembla. ¡Caros alumnos! A la nueva patria, ya desligada de servil coyunda, himnos de gloria y libertad la corva cítara ensaye.»
Encontróse con él Idomeneo, famoso por su lanza, que volvía de acompañar a un amigo a quien sacaron del combate porque los teucros le habían herido en la
corva con el agudo bronce.
Homero
Con su báculo venía una vieja o espantajo, diciendo: -¿Quién está allá a las sepulturas?- con una cara hecha de un orejón; los ojos en dos cuévanos de vendimiar; la frente con tantas rayas y de tal color y hechura, que parecía planta de pie; la nariz en conversación con la barbilla, que casi juntándose hacían garra, y una cara de la impresión del grifo; la boca a la sombra de la nariz, de hechura de lamprea, sin diente ni muela, con sus pliegues de bolsa a lo jimio, y apuntándole ya el bozo de las calaveras en un mostacho erizado; la cabeza con temblor de sonajas y la habla danzante; unas tocas muy largas sobre el monjil negro, esmaltada de mortaja la tumba; con un rosario muy grande colgando, y ella corva...