Tan distraídos, que el vigilante
contrabandista, habituado al acecho, de sentidos despiertísimos, no oyó el ruido insólito, semejante al resuello y jadeo trepidante de alimaña fabulosa y despertó al tener encima ya al monstruo, ¡taf, taf, taf!, al desgarrarle los oídos el rugido de metal de su bocina.
Emilia Pardo Bazán
La tarde caía, el rocío enfriaba y escarchaba la hierba, enmudecían los pájaros o piaban débilmente. Un sordo trueno, lejano, llenó con su mate redoblar el oído del
contrabandista.
Emilia Pardo Bazán
Subiendo la negra roca de embarazosa montaña, contrabandista español bridón andaluz cabalga. Lleva el trabuco a su lado, el cuchillo entre la faja, y con el humo del puro su voz varonil levanta.
Pero, afortunadamente, ella coincidió con el último viaje que hizo el alfarero trayendo olla
contrabandista: pues el escándalo pasó el 5 de julio, y al amanecer del siguiente día abandonaba el virrey Laserna la ciudad, de la cual tomaron posesión los patriotas en la noche del 9.
Ricardo Palma
Cualquier artículo que tuviera otra procedencia era declarado contrabando y confiscado en el acto, siendo penadas por las residencias con la expulsión inmediata del
contrabandista.
Baldomero Lillo
Pos bien (siguió mi compadre diciendo): el otro contrabandista, que no tenía na de torpe, se comió la partía, y en un principio tuvo tentaciones de darle un tres con tres al compañero, pero uno de sus amigos, enterao de la cosa, le dijo: «Ven acá tú, guasón, y no seas tú lila nunca y haz lo que yo te digo.
-Pos lo remató diciéndome: «Yo soy el contrabandista de la potranquilla bien enseñá, y tan y mientras quiée cogérmela mi compañero, voy a ver si le cojo yo la suya, que es tamién una potranca de las que quitan los agrios.» -Pos no entiendo yo esas cositas -dijo zumbonamente el de los Velones.
En vista de semejante pérdida, el conde de la Espina y Marquesi se asoció al
contrabandista de cocaína y en la sala de primeros auxilios, él, don Tubito, el médico y el señor X se entregaban a desaforadas partidas de naipes, desplumándose recíprocamente como tahúres.
Roberto Arlt
No me lo propuse desde un punto de vista teórico, sino leyendo y sacando las conclusiones correspondientes. Ahí se descubrieron los papeles que probaban que Artigas era faenero, contrabandista, delincuente, perseguido por la policía.
¿Con que viene usted, y al parecer convienen estos señores, cuya voz lleva usted muy a su satisfacción, en que si los españoles se quedaran cojos en el momento en que faltan a las leyes, y, por tanto, se hacen acreedores a la persecución de la justicia, representada por la Guardia Civil, por los guardas de monte, por los carabineros o por la tropa, apenas habría un español que faltara a las leyes, metiéndose a contrabandista, a cazador furtivo, a bandolero o a faccioso blanco o negro?
Eso me hizo pensar a mi que Artigas tenía una forma india de ser, y ahí me cazaron las dos cosas porque si era un indio no era contrabandista, porque para un indio, cazar vacas era como cazar avestruces, o pájaros, la propiedad no existía.
Como un bricoleur, como un escarbador de escoria informática, como un
contrabandista o un difusor de correo negro, incluso quizás como un ciberterrorista, el hacker TAZ trabajará a favor de la evolución de conexiones fractales clandestinas.
Hakim Bey