Casi hasta el firmamento Levantádose había el despotismo, Y los pies del coloso en el abismo Tenían su cimiento, Pero, ¿de qué ha servido?
Los dos ríen envueltos en un salsero que les moja la cara. Ya sobre cubierta, el coloso negro la deja sola y se aparta secreteando con el contramaestre.
En lo profundo, y como si dijéramos en las entrañas de la tierra, se oía un ronco hervor, semejante a la respiración de un coloso aherrojado...
El Gorosito es un inmenso y entrañable compañero, cuando uno lo ve la primera vez impresiona porque parece como un Coloso de Rodas del petróleo.
II - La agresión De oro, de hierro, de barro inmensurable
coloso, la frente en las altas nubes, el pie en los abismos hondos; de infierno, de cielo y tierra un incomprensible aborto, un prodigioso compuesto de ángel, de hombre y de demonio, alzó de Francia perdida, con su brazo portentoso, para en él tomar asiento, el despedazado trono.
Ángel de Saavedra
Mas prevaleciendo acaso, en el pecho del
coloso, la parte aquella de infierno y la maldad de demonio, gritó: «Yo no quiero amigos, porque esclavos quiero solo.
Ángel de Saavedra
Además los magnates de las capitales no sufrirían la preponderancia de los metropolitanos, a quienes considerarían como a otros tantos tiranos: sus celos llegarían hasta el punto de comparar a éstos con los odiosos españoles. En fin, una monarquía semejante sería un coloso disforme, que su propio peso desplomaría a la menor convulsión.
Los perros ladraban con aquel aullido prolongado, intérprete de su instinto agorero; el gran
coloso, la inmensa capital, toda ella se removía como un moribundo que tantea la ropa; entonces no vi más que un gran sepulcro; una inmensa lápida se disponía a cubrirle como una ancha tumba.
Mariano José de Larra
Otra, la representación genuina de la industria, la patria de los cuáqueros, de los vegetarianos y de las sociedades de la templanza, funde nuevos cañones, cada vez más mortíferos y certeros; apresta sus naves, construye fortalezas y, en acecho de una presa, se prepara a teñir con sangre los mares de la Europa, sin haberse enfriado la que inunda el dilatado suelo de la India. Otra, coloso de fuerza y autoridad, guarda un silencio aterrador.
Aquel coloso horrible daba la impresión...
Berecina el lauro honroso que cuatro lustros tejieron hondo tragó, y el poder de aquel coloso que los hombres no vencieron, allí se hundió.
Integración del coloso andino con el bravío trópico, a través de los generosos valles, surcando la tierra con sus ríos y bendiciéndola con sus lagos: ¡Energía vital que despierte las fuerzas telúricas!