a reina Mab, en su carro hecho de una sola perla, tirado por cuatro
coleópteros de petos dorados y alas de pedrería, caminando sobre un rayo de sol, se coló por la ventana de una buhardilla donde estaban cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes, lamentándose como unos desdichados.
Rubén Darío
Escolástico ¿Y qué lleva usted en ese cucurucho? Doctor Mirabel Unos coleópteros curiosísimos. Escolástico Pues allí nos espera la gente para merendar.
Enderezaba Gabriel este pintoresco discurso a cinco sujetos de diferente edad, pero ninguno joven, y sólo uno entrado ya en años; también ingenieros de Montes tres de ellos, pintor el cuarto y un poco literato el quinto; todos los cuales habían subido con el orador, que era el más pollo, en sendas burras de alquiler, desde el Real Sitio de San Lorenzo, a pasar aquel día herborizando en los hermosos pinares de Peguerinos, cazando mariposas por medio de mangas de tul, cogiendo
coleópteros raros bajo la corteza de los pinos enfermos y comiéndose una carga de víveres fiambres pagados a escote.
Pedro Antonio de Alarcón
Al elemento «dar libertad» asocia el recuerdo de un pasaje de La flauta mágica: «No puedo forzarte a amar, - pero no te devolveré la libertad.» A los
coleópteros (Maikaefer), las palabras de Kaetchen: «Estás enamorado como un coleóptero.» En el intermedio recuerda una cita de Tannhäuser: «Porque, poseído por perverso deseo…» Vive preocupada y ansiosa, pensando en su marido ausente.
Sigmund Freud
La paciente sabía también que el más enérgico afrodisíaco, la cantaridina, se prepara machacando los cuerpos de unos
coleópteros.
Sigmund Freud
En el sueño de los
coleópteros, cuyo tema es la relación de la sexualidad con la crueldad, pasa también al contenido manifiesto uno de los factores latentes -la crueldad-, pero formando parte de un tema distinto y sin conexión alguna con lo sexual; esto es, arrancado de su contexto primitivo y convertido así en algo ajeno a él.
Sigmund Freud
Esta misma niña solía entretenerse, en años aún más tiernos, arrancando a los
coleópteros y a las mariposas las alas y las patas.
Sigmund Freud
«Recuerda que tiene encerrados en una caja dos
coleópteros (Maikaefer) a los que habrá de dar libertad si no quiere que se ahoguen.
Sigmund Freud
Todas las larvas de coleópteros tienen en común la presencia de una cápsula cefálica bien diferenciada y provista de piezas bucales de tipos masticador.
La enorme variedad de nichos ecológicos que los coleópteros ocupan en la naturaleza, se refleja en una gran variedad de regímenes alimenticios.
Las larvas de los coleópteros no presentan nunca rastro de alas o genitalia, ojos compuestos, ni más de un simple segmento tarsal, y raramente más de 4 artejos antenales.
Los Dermaptera tienen élitros similares a los de los coleópteros, pero el plegamiento de las alas membranosas, la metamorfosis y otras características son completamente diferentes.