Y cuando ya su mano temblorosa posábase en la llave, cuando con toda el alma hecha lágrimas y cólera disponíase a ir en busca de la mujer querida y del amigo que lo traicionaba, abrióse la puerta de cristales de la alcoba y, cogidos del brazo, sonriente él y colérica ella, penetraron en la sala, seguidos de la tía Candela, Pepa la Maripozona y Currito el Carabina.
Surge la aurora en horizontes bellos, y a la noche, colérica, amenaza; luego empuña sus dagas de destellos y la hiere, y después… la despedaza!
La señora Sistre, molesta, inquieta y colérica como una mujer cuando hace charcutería, tomó un tronco y empujó al pobre muchacho hasta el fondo del corral.
El prestamista, tomándose con la mano un haz de estas barbas, dijo, al tiempo que se las retorcía con
colérica frialdad: -¿Qué te has creído?
Roberto Arlt
Se habían abierto las cataratas del cielo, y las húmedas entrañas de la despanzurrada nube se desfondaban en ríos de agua
colérica, despeñada desde lo alto...
Emilia Pardo Bazán
El perro gruñó, enseñó el colmillo, el pelaje se le erizó en el lomo y bajando la cabeza preparóse a acometer, viendo sin dudas cuán sin fuerzas se arrastraba su enemigo. —Vení, Canelón!—gritó Cata
colérica, como si llamara a un viejo amigo—.
Eduardo Acevedo Díaz
-Mucho te apresuras hoy, rubio mío -decía Ramiro, echándole una colérica mirada y deslizándose por la puerta del jardín, que María cerró coa prontitud luego que aquél salió.
Allí veréis ociosos todo género de oficiales, asistiendo al servicio de los dioses inmortales.» Y poco después dice: «éstos, aunque ofrecen al dios un ministerio superfluo y excusado, sin embargo, no es torpe ni infame: hay algunas mujeres que están sentadas en el Capitolio, persuadidas de que Júpiter está enamorado de ellas, sin tener respeto ni miedo a Juno, no obstante de ser (si quisierais creer a los poetas) una diosa colérica e iracunda».
En lugar del argumento sólido, del conocimiento detallado, hemos escuchado el argumento colérico, la ironía también colérica, la visión particular sustituyendo el argumento económico por la fácil aseveración de tipo político y de tipo político subjetivo; pareciera en los argumentos que hemos escuchado en el contra, como nacidos de una pasión, de un sectarismo que, con otros defectos, defectos que no le reconocía al Pardio Acción Nacional.
Por más que un Rómulo crítico desprecie tu numen poético, porque envidioso y raquítico le irrita todo lo atlético; levanta tu voz homérica, y siempre entusiasta y lírico, entre tu mano colérica, rompe su dardo satírico.
-Bravo -exclamó-, sólo falta Margarita. A cuya necia exclamación levantóse como una tigre Sirena, y con don Juan encarándose, desencajada y colérica.
¡Traidor que el templo violó de Venus en este día! LEANDRO: Mi colérica osadía esta vez me despeñó. Sale LEANDRO por una puerta y vase por otra.