Como era un alimento de primera necesidad, la cerveza, a lo largo de la historia, fue objeto de codicias diversas por parte de la gente poderosa que hizo en algún caso un monopolio.
Era, por lo demás muy difícil evaluar las riquezas del clero, porque que no daba a conocer sus recursos por el temor excitar las codicias del pueblo y los celos de Gobierno.
es la de la Amargura,/ por ella subió Cristo la Cruz pesada y dura;/ ¡también por ella sube la triste Humanidad!/ Cruzando este camino Jesús murió en la Cumbre,/ y en pos del Nazareno, también la muchedumbre/ caerá tras esa verja por una eternidad!.../ ¡Arriba y no te canses, errante peregrino;/ subiendo del Calvario el áspero camino/ daremos a la tierra nuestro postrer adiós;/ abajo quedan sólo: codicias y rencores,/ arriba el Nazareno que premia los dolores,/ abajo espera el mundo: arriba espera Dios!/ ¡Arriba, peregrino, subamos del Calvario/ el áspero camino, que allí en el Santuario/ bendice Nuestro Padre sus hijos al partir!.../...
Es lo que nos permiten suponer los cantares de gesta con el Romance de los Siete Infantes de Lara donde unos magnates son captados por la política de Almanzor que sabía aprovechar las codicias y los rencores de los señores cristianos para asegurar sus campañas para culminar su venganza.
Al par que las codicias comarcanas se vuelven contra la República disolviendo el espíritu patrio, el advenimiento de fuerzas económicas extrañas empieza a desfigurar nuestra fisonomía”.
De los muros y dependencias de esta fortaleza irradian ideas, sentimientos y prejuicios sobre un hombre íntegro, honrado y virtuoso que tuvo la osadía de perseverar en su convencimiento de verdadero Papa de la Iglesia Católica en una época marcada por guerras, ambiciones, codicias y corrupciones que afectaron incluso a las altas dignidades de la Iglesia, cuyo poder espiritual tuvo que claudicar ante el poder político y civil.
La codicias de los boyardos les dieron a Rostislav el pretexto para revivir sus deseos por Hálych, donde los magnates locales reconocieron a Danilo Románovich (su tío) como príncipe, pero manteniendo el poder para ellos mismos.
Misia Blanca era bocado que despertaba
codicias con su hermosura rellena, y muchos le arrastraban el ala, con cuidado, vista la fiereza del capitán.
Ricardo Güiraldes
Hombre sin ambiciones, sin
codicias, alma de niño, cándida y unilateral, no aspiró a nada que mejorase su apurada existencia de menesteroso de levita, ni se preocupó jamás de la estrechez que le agobiaba.
Emilia Pardo Bazán
Entonces, los apetitos de la carne, las codicias del dinero y las melancolías de la pasión, todo se confundía en un mismo sufrimiento; y, en vez de desviar su pensamiento, lo fijaba más, excitándose al dolor y buscando para ello todas las ocasiones.
Acababa de estallar la revolución que derrocó la dinastía; un hervidero de ideales, de aspiraciones, de
codicias, de apetitos, una mezcla de fuego y barro vil, como en los volcanes, se derramaba bullendo; oíanse nombres nuevos; el arte y las letras iban a transformarse.
Emilia Pardo Bazán
Lo que más nos importa de ese codicilo es, lo que copio a continuación: «Aparte de la cantidad de treinta mil setecientos pesos que en metálico dejo a mi heredero Dióscoro Cerdera, o a sus habientes, tengo depositada mi fortuna principal, consistente en diez millones de pesos, en oro norteamericano y español en lugar seguro, libre de las codicias y peligros de los hombres.