Los soldados incas portaban armas simples de todo tipo, variando según la etnia a la cual pertenecían, por ejemplo, los soldados Chancas eran especialistas en el uso de mazos o macanas, mientras que los soldados del Antisuyo o la selva alta usaban con más frecuencia el arco y flecha.
Esta expansión provocó la reacción de los chancas, habitantes de la zona de Andahuaylas, quienes atacaron varios poblados quechuas y llegaron hasta el Cuzco.
Dicha ciudad se convirtió en la capital política y religiosa del Estado y con el tiempo fue necesario introducir nuevas formas de subdividir el espacio. Durante mucho tiempo la ciudad fue bastante simple, pero luego de la guerra con los chancas quedó muy destruida.
Las culturas Wari, Anccaras y Chancas, así como Chavín y Tiahuanaco, fueron las primeras en habitar este lugar por el "llimpi" (mercurio o azogue) que era sagrado.
Otros centros administrativos y religiosos incas fuera del Cusco fueron: Samaipata, Incallajta, Tilcara entre otros. Fue un centro administrativo y religioso establecido luego de que los Incas conquistaran a los Chancas y a los Pocras.
Los grupos regionales que existían en la zona central: Pocras de Ayacucho, Chancas en la zona de Andahuaylas y parte de Apurimac, Huancas y Xauxas en el Valle del Mantaro y otros señoríos locales, formaron la Confederación Chanca con el objetivo de detener el avance de los Incas del Cusco.
Después de la guerra con los Chancas, Pachacútec se encargó de reconstruirlo, colocando en su interior grandes cantidades de oro y plata, tanto así, que de Inti cancha (recinto del sol) pasó a ser conocido como Coricancha (recinto de oro).
El periodo comienza con la derrota de los Chancas, en cuya campaña participó el mismo Pachacútec como general. A partir de ella el ejército inca sería un ejército multiétnico, más sofisticado y numeroso.
Tres meses después, llegaba al Cuzco la noticia del levantamiento de los feroces Chancas, quienes con un ejército nutrido al que se sumaron otras naciones del Chinchaysuyu, se acercaban peligrosamente al Cuzco.
Durante este periodo la mayor parte de las guerras eran de conquista y fue en este periodo que los ejércitos alcanzaron su máximo esplendor. Los principales enemigos fueron los Chancas, los Chimú y posteriormente los conquistadores españoles.
El Inca Viracocha se dirigió a la tierra de los chancas pero se mostró generoso y no desató su venganza sobre las mujeres y niños, por lo que la población quedó muy agradecida.
Éste, luego de dejar a su padre en Muyna, volvió al Cuzco a organizar la defensa, ante la amenaza de los chancas, y recibió inesperadamente la ayuda de sus vasallos quechuas, que odiaban a los chancas pues antaño habían sufrido su tiranía.