-Entonces, patrón, la Virgen se acordó de mí, tal vez porque en Andacollo le llevé a su altar un candelabro de plata maciza del alcance de la Colorada.
De seis candelas de esperma que un
candelabro coronan, do recorta y abrillanta la luz cinceladas hojas, al resplandor aparecen su tez de nieve y de rosa, de oro puro sus cabellos, claros luceros sus joyas.
Ángel de Saavedra
Una mano de hombre se avanzó sobre el terciopelo de la carpeta, frotó una cerilla y encendió las seis bujías puestas en pesado candelabro de bronce cercano a la lámpara.
Tal fue la parte de la Virgen en la sociedad mercantil con Alonso Escoto, quien además hizo otros obsequios al santuario. ¡El
candelabro de plata pesaba veintiséis arrobas!
Ricardo Palma
José Fernández, después de buscar en uno de los rincones oscuros del cuarto, donde sólo se adivinaba entre la penumbra rojiza la blancura de un ramo de lirios y el contorno de un vaso de bronce y de apagar las luces del candelabro, se sentó cerca de la mesa, y poniendo sobre el terciopelo de la carpeta un libro cerrado, se quedó mirándolo por unos momentos.
Me produjeron profundo interés, y quizá mi incipiente delirio fue la causa, aquellos cuadros colgados no solamente en las paredes principales, sino también en una porción de rincones que la arquitectura caprichosa del castillo hacía inevitable; hice a Pedro cerrar los pesados postigos del salón, pues ya era hora avanzada, encender un gran
candelabro de muchos brazos colocado al lado de mi cabecera, y abrir completamente las cortinas de negro terciopelo, guarnecidas de festones, que rodeaban el lecho.
Edgar Allan Poe
Una ocasión, no teniendo que dar, regaló el
candelabro de plata de su dormitorio, quedándose el arzobispo con la bujía en la mano.
Ricardo Palma
Lleno de terror y respeto, volví el
candelabro a su primera posición, y habiendo así apartado de mi vista la causa de mi profunda agitación, me apoderé ansiosamente del volumen que contenía la historia y descripción de los cuadros.
Edgar Allan Poe
Ahora bien, en ninguna de las siete cámaras había lámpara o candelabro alguno, entre la abundancia de adornos dorados que había por todas partes o que colgaban de los techos.
Entretanto, la contempla con sus ojos de mármol una Diana que se alza irresistible y desnuda sobre su plinto; y le ríe con audacia un sátiro de bronce que sostiene entre los pámpanos de su cabeza un
candelabro; y en el asa de un jarrón de Rouen lleno de agua perfumada, le tiende los brazos y los pechos una sirena con la cola corva y brillante de escamas argentinas, mientras en el plafón, en forma de óvalo, va por el fondo inmenso y azulado sobre el lomo de un toro robusto y divino, la bella Europa, entre delfines áureos y tritones corpulentos que sobre el vasto ruido de las ondas, hacen vibrar el ronco estrépito de sus resonantes caracoles.
Rubén Darío
En 1826 el general Sucre, urgido por circunstancias especiales y que no me propongo examinar, dispuso que se fundiese y convirtiera en moneda sellada casi todo el oro y plata del santuario. Así desapareció el célebre
candelabro de Alonso Escoto.
Ricardo Palma
La posición del
candelabro me molestaba, y extendiendo la mano con dificultad para no turbar el sueño de mi criado, lo coloqué de modo que arrojase la luz de lleno sobre el libro.
Edgar Allan Poe