El documento está en latín,
caligrafiado con esas bellas y fuertes góticas tan características del siglo XIII, y que, no obstante un avanzado deterioro, son bastante legibles, gracias a la cabal individualización de cada letra en el encadenamiento de los renglones, y a la anchura de los espacios intermedios entre éstos.
Leopoldo Lugones
Al principio el editor interpreta de una forma errónea su intención, terminando por comprender que los muchachos enviados a su casa son un trato para lograr un entierro decente del «libro-almohada» de la piel de Jerome. Finalmente, el decimotercer y último texto llega bellamente caligrafiado en la piel de un joven aprendiz de sumo.
Desiertos de la luz, Barcelona, Tusquets, 2008. Sepulcro en Tarquinia (poema; caligrafiado e iluminado por Javier Alcaíns), Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2009.
El ejemplar manuscrito es un magnífico códice escrito sobre vitela, caligrafiado con letra de tipo humanístico, iniciales y capitales de colores sobre planchas de oro bruñido, con títulos en rojo, esmeradamente manuscrito e iluminado como libro de texto para el alumno y mecenas.
En 1595 aparecieron en la colina de Valparaíso, hoy Sacromonte, unas planchas de plomo que contenían diecinueve tratados de tipo religioso en árabe caligrafiado de forma extraña, los hoy conocidos Libros plúmbeos del Sacromonte.
El General Víctor Manuel Baptista, en consideración a la reglamentación dada el 28 de marzo de 1905, con relación al uso del Himno Nacional, había dictado un comunicado, el 19 de diciembre de 1910, donde se instaba a un certamen "entre los poetas residentes en el Estado, y los que siendo trujillanos se hallen actualmente fuera de él, para confeccionar la letra del Himno Regional". El premio consistiría en "un diploma lujosamente caligrafiado y una pluma de oro".