Estos cuadros representan en panorámica la feria en el prado de San Sebastián salpicado de buñoleras, tratantes de ganado, pastores, caballistas, y un sinfín de figuras que colorean el paisaje adornado por los monumentos sevillanos de la época, pudiendo contemplar de fondo, de izquierda a derecha, el Palacio de San Telmo, la Fábrica de Tabaco, hoy universidad, la Puerta de San Fernando, derruida en 1868, los jardines de los Reales Alcázares, y la torre de La Giralda.
Pero pasó la moda, y sólo quedan en las veladas de Sevilla gitanas
buñoleras y turroneros, cuyas gracias ya no son gracias; cuyos chistes ya no son chistes; los gritos de los vendedores, el humo, las luces y alguna gente que no es gente.
Ángel de Saavedra
Antes de la corrida de toros, que principiaba a las tres de la tarde, era costumbre hacer una jugada de gallos de siete topadas. Sin pirotécnica nocturna, farolillos y
buñoleras, y sin toros, gallos y danzas no había fiesta posible entre nosotros.
Ricardo Palma