La composición de estas arenas es muy característica, con la práctica totalidad de los granos formada por láminas de biotitas y cloritas, y escasez o ausencia de cuarzo, feldespato y minerales pesados.
Se ve cómo la roca se va aflojando, se altera poco a poco, aún recuerda la roca granítica de la que se partió, pero tiene estructura de suelo que es distinta a la de la roca y un color pardo o pardo rojizo debido a la liberación del hierro, procedente de las biotitas, pero aún permanece sin alterar gran porción de minerales, por ejemplo, parte de la moscovitas y de los feldespatos.
Son los más comunes. Magmas andesíticos: son ricos en sílice y minerales hidratados, como anfíboles o biotitas. Se forman en todas las zonas de subducción, ya sean de corteza continental u oceánica.
Análisis recientes realizados en las biotitas de origen volcánico situadas en el techo del estrato fosilífero indican que estas tienen una edad de entre 136,2 y 155,4 millones de años situando al yacimiento en el periodo Titoniense del finales del Jurásico.