Las picas de los bravos marquesotes, de varas de medir y de virotes, y ya de los plebeyos,
baquetas de Babiecas y Apuleyos, sin escuadras gallardas que llevaban, en forma de alabardas, aquellos cucharones con que suelen sacar alcaparrones, y con las palas, como medias lunas, las sabrosas de Córdoba aceitunas (Córdoba, donde nacen andaluces Góngoras y Lucanos); y, encendidas las cuerdas en las manos, no de Milán dorados arcabuces llevaba la lucida infantería, mas de huesos de piernas de carnero, que gatos de uno y otro pastelero trujeron a porfía (que no fueron de gato de ventero, sospechosos en tales ocasiones), y de huesos de vaca los cañones para batir la torre.
Lope de Vega
-¡Presente, mi coronel! -Usted ha quebrantado el artículo tantos de la ordenanza, y merece por ende carrera de
baquetas. Y el señor obispo descargaba algunos garrotazos sobre las espaldas de su lego.
Ricardo Palma
De un solo golpe derribó el pesado portón que la cerraba y vio que en su interior se apilaban incontables armas de todas clases y tamaños: cimitarras, lanzas, espadas, hachas de guerra, guadañas, látigos, baquetas, tambores, arcos, flechas y otras armas arrojadizas.
La misma murmuración (de la cual yo no reniego, al contrario, pues la cuento entre las cosas más divertidas e instructivas que hay en el mundo) no tiene en provincia aquella ligereza cortesana, que parece que les pone alas a los chistes; en provincia se gruñe quince días por lo que en Madrid entretiene y provoca chistes dos minutos, y más que latigazo, semeja la censura cruel carrera de
baquetas, en que ya ningún corazón generoso puede dejar de interesarse por la víctima y detestar a los verdugos.
Emilia Pardo Bazán
Aquella mirada me prometió el cielo, donde acaso estaba ya el mártir. En seguida los soldados me dieron una paliza con las
baquetas de los fusiles.
Pedro Antonio de Alarcón
Cruzó el corto espacio que separaba a éste de la tapera, en cuatro manos, entre silbidos siniestros. Los tiradores se revolvían en los pastos como culebras, en constante ejercicio de
baquetas.
Eduardo Acevedo Díaz
D. Ramón Rodil para curarlos de espantos les mandó aplicar carrera de
baquetas. El castellano del Real Felipe, que no tragaba ruedas de molino ni se asustaba con duendes ni demonios coronados, diose a cavilar en los fantasmas, y entre ceja y ceja se le encajó la idea de que aquello trascendía de a legua a embuchado revolucionario.
Ricardo Palma
Una vez en ella, se olvidó de lo pasado ante el aspecto de las bolas de marfil, cuyos choques le admiraron como a un niño; y más que las bolas, la locuacidad de un joven de rizadas patillas, gafas y pelo escarolado, que al paso que jugaba carambolas con otro aficionado, era el deleite de los cien curiosos que rodeaban la mesa, sentados sobre duras banquetas, con una profusión de chistes y una procacidad tan verde y desaliñada, que en un cuartel de blanquillos no le hubieran valido menos de un mes de cepo o una carrera de baquetas.
Sacad banderas, pues; tóquense cajas, haciendo las
baquetas los pergaminos rajas; terciad las picas, disparad cometas; que así cobró su esposa en Troya el Griego: publicando la guerra a sangre y fuego.» Calló Raposo, y luego del senado el voto conferido, en la guerra quedó determinado, por ser de todos el mejor partido, más justo y más honroso; y dando Mizifuf, como era justo, los brazos y las gracias a Raposo, brotando humor adusto, a hacer la leva de la gente parte.
Lope de Vega
Remarcaba cómo de valioso puede ser el bombo cuando está bien escrito, y describió su propio uso en la Sinfonía fantástica de 1830, donde llega a pedir un redoble para bombo ejecutado por dos intérpretes con baquetas de timbal.
Dentro de la familia de la percusión de altura determinada el glissando es común en los instrumentos de teclado —como la celesta, el glockenspiel, el xilófono, el vibráfono, la marimba entre otros— deslizando la mano o las baquetas sobre el teclado.
Su dulce preferido son las nubes, en México llamado malvavisco. Su instrumento es un tambor de baquetas. Es muy sentimental y llora enseguida.