en cuanto a la utilidad de estos cantos parecen existir diferentes opiniones entre las más comunes se halla: que estos cantos son para aquietar los animales; otra sostienen que aumenta en el ganado la situación de control ejercida sobre ello por el cabestrero; que ayuda mantener unidos a los animales; finalmente puede ser como un estímulo de alivio para el llanero que conduce al ganado en esta dura faena.
Ve en el insigne Fadrique un apoyo, un partidario; sabe que llega a Sevilla y a voces le está indicando de su fiero amante el rostro, que viene en momento aciago, y por
aquietar sospechas, o darles punto más alto, al fin, rompiendo el silencio, aunque con trémulos labios osó hablar, y estas palabras entre los dos se mezclaron: «¿Conque hoy llegará triunfante don Fadrique, vuestro hermano?» «Y por cierto que ya tarda en llegar aquí el bastardo.» «Bien os sirve!»...
Ángel de Saavedra
La pasión de los ciudadanos había contagiado la tropa, y cívicos y soldados querían continuar la lucha; era necesario apresurar el desarme de los cívicos, y así lo hicimos, persuadiendo a unos, dominando a otros, dándole a muchos, la esperanza de que volveríamos a reunirnos para combatir de nuevo por la misma causa. El doctor Demaría pudo aquietar de ese modo a un soldado de artillería que trataba de amotinar un grupo de sus compañeros.
A la bulla acudió el cura seguido del sacristán, y cuando se convenció de que le era imposible aquietar los ánimos, gritó furioso: —i Basta de escándalo y todo el mundo á la calle!
Cuando mover lo cree, el bruto se arresta; y si aquietar lo quiere, o corre o trota; ya la cabeza bajo el pecho resta, ya piafa o entre coces se alborota.
formalizara una junta compuesta del Tribunal de la Real Audiencia, Ilustre Cabildo, jefes de la corporación y los vecinos que tuviese a bien citar a fin de acordar entre todos el mejor modo y forma de aquietar al público y consultar la tranquilidad común, según acredita el testimonio del acta que se acompaña.
Con que averiguado el caso, asegurándola, y acabando de aquietar a su hermano, que estaba más sin juicio que ella, mas por entonces disimuló, antes él era el que más la disculpaba, dejándola el Corregidor dos guardias, más por amparo que por prisión, pues ella no la merecía, se fue cada uno a su casa, admirados del suceso.
Dando saltos, le presentaba siempre la grupa, y, al fin, el santo, temiendo que le soltara un par de coces, se apresuró a decir, acariciando con palmaditas aquellas ancas finas y gruesas: -Pasa, soldadito, pasa adelante y veas de
aquietar a esta bestia.
Vicente Blasco Ibáñez
Desde las cuatro de la tarde hasta las cinco de la mañana permanecieron en San Agustín el virrey y los oidores para lograr
aquietar los ánimos y que hubiera elección.
Ricardo Palma
Mas si uno de los dichos casamientos no se puede hacer, no veo por agora otro partido sino de la una de las hijas del rey de Romanos, mi hermano, o de la Infanta hija de mi hermana, la reina viuda de Francia .Y como estos partidos no son menester para estrechar la amistad y deudo, lo que más converná sería aquietar y juntar otra amistad y si no, os remito de escoger el partido que os satisficiere.
Y cuando el Mariscal Soult le invitó desde Orense á que se restituyese á aquella capital, excitándole con toda suerte de honor y de respeto á que fuese á aquietar desde allí la agitación de la provincia, él, retirado entonces en Portugal, contestó con no menos urbanidad que firmeza, agradeciendo la honra y negándose á la propuesta.
¡Mata!» Llamado el marqués a declarar, dijo que era cierto que se había encontrado en medio del barullo; pero que, lejos de echar leña a la hoguera, no había hecho más que llamar a su mayordomo para ordenarle que aquietase los ánimos. -Mala manera de
aquietar -arguyó el juez- empleaba su señoría gritando ¡mata!
Ricardo Palma