Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma.
Cuando los emboscados los veían venir, corrían a su encuentro, se
apoderaban de los rebaños de bueyes y de los magníficos hatos de blancas ovejas y mataban a los guardianes.
Homero
Había en el Tribunal de Doctores una cantidad de desocupados que, sin ser procuradores, se apoderaban de gran parte de los negocios, para hacerlos ejecutar enseguida por verdaderos procuradores, dispuestos a prestar sus nombres a cambio de una parte del dinero.
Ya eran dos, que al salir de una estación, en esos momentos en que el tren apenas corre, abrían suavemente la portezuela, y de un modo brusco, al verse dentro, al incorporarse Julio sobresaltado, le sujetaban los brazos y se
apoderaban del magnífico botín...
Emilia Pardo Bazán
Tan pronto como mínimamente satisfacían su apetito, se apoderaban del sistema comercial los achaques de la indigestión aguda y todos los síntomas de un sistema sobrecargado, que nada salvo una situación de hambruna podría aliviar, tras lo cual la experiencia se repetiría con el mismo resultado, y así sucesivamente.
Un día vio que se llevaban hojas que no eran ya de los yuyos del jardín, sino de una planta fina, nuevita, apenas brotada, y observándolos desde ese día con inquietud, vio que siempre con preferencia se apoderaban de las plantas nuevas, cortándoles las hojas para llevárselas a la cueva, donde amontonaban en secreto sus tesoros.
Este sacerdote tenía un hijo de treinta años, que estaba poseído por varios demonios, y que peroraba sobre todo género de cosas. Cuando los demonios se apoderaban de él, rasgaba sus vestiduras, se mostraba desnudo a todos, y acometía a la gente a pedradas.
Los rivales de TOPILTZIN seguían combatiéndolos y el debilitado señor viendo que se apoderaban paso a paso de sus tierras, quiso hacer las paces, pero aquéllos no lo aceptaron.
Personas y propiedades han sido respetadas, y hubiera habido que lamentar la pérdida de menos seres humanos si el alcalde Albors, al decir que se rendía, no hubiese sido un engaño que produjo la muerte de los que fueron a penetrar en el Ayuntamiento creyendo sinceras sus palabras, y aun tal vez el alcalde no hubiera sido víctima de la justa indignación popular, si al verse en poder de los trabajadores no hubiese hecho uso de un revólver, disparando tiros sobre los que se apoderaban de su persona.
Y todos los ojos, ávidos, escudriñadores, se apoderaban de su persona, calando, curiosos, con sus miradas agudas, al que llegaba, como para penetrar en el secreto de quién podía ser, de dónde podía venir, de su edad, de su profesión, pero no de su nacionalidad, que no parecía dudosa.
El trabajo era duro, numerosas las privaciones, pero cuando en la tarde, con el hacha al hombro, fatigado y sudoroso regresaba al rancho, la presencia del pequeño que salía a su encuentro, alzando hacia él sus bracitos, hacíale olvidar el cansancio y las negras ideas que se apoderaban de su ánimo apenas el término de la labor ponía en reposo sus músculos infatigables.
Algunos, tras liberarse a sí mismos, rompieron las cadenas de quienes les rodeaban, otros se apoderaban de las armas que había en los equipajes y provocaron un gran tumulto en el centro de la columna, más terrible conforme trascurría la lucha.