Me miro en el espejo de la fuente: de
andrajos es mi traje; estoy descalza; tengo desordenados los cabellos, y polvo del camino hay en mi cara...
Vicenta Castro Cambón
Cierta mañana llegó al manicomio un hombre escuálido, de rostro macilento, que se tenía malamente en pie. Estaba cubierto de
andrajos y articulaba tan mal sus palabras que era necesario descubrir lo que decía.
Horacio Quiroga
Y vivificaban las hojas en otoño... Y encendían las grutas sumergidas de tinieblas... Y quemaban los
andrajos de las hienas. Y caminaba...
Antonio Domínguez Hidalgo
La luz melancólica del atardecer daba tonos tristes al aposento; Rosalía, atenta al menor rumor, no apartaba los ojos de la puerta; la impaciencia adquiría en ella trágicas manifestaciones; comprendía que su fin se acercaba, se lo profetizaba la silenciosa hecatombe que dentro de ella tenía lugar, un algo que dentro de su ser extenuado convertíase en escombros, y al presentir que era llegado el momento de abandonar aquellos miserables andrajos corporales en que habíase convertido la espléndida flor de su hermosura...
Que ni sigo ni conozco, le respondo y certifico.-- Pues no os tope yo otra vez a vista del coche (dijo), o a palos haré mataros.-- Yo me aparto, y a un mendigo, que limosna entre los coches pidiendo andaba en el río, mi capa y sombrero doy, y estos andrajos le pido, con que, si me ves de día, oso engañarte a tí mismo.
¡Casacas cubiertas de la tierra de Chacabuco, hechas
andrajos por las balas de Maipú, llenas de piojos agenciados en las miserias de la emancipación!
Juan Bautista Alberdi
Estaba lastimosa la pobrecita: flacuchenta, flacuchenta; los güesos los tenía toítos mogosos y verdes, con tantos soles y aguaceros comu'había padecido; el telarañero se l'enredaba por todas partes, qui aquello parecía vestido di
andrajos; la pelona la tenía llena di hojas y de porquería di animal, que daba asco; la herramienta parecía desenterrada de puro lo tomaíta qu'estaba.
Tomás Carrasquilla
Mas no nos equivoquemos y creamos que nuestras armas son perfectas, y nosotros mismos, dignos enteramente de la lucha divina. Corazones generosos laten bajo andrajos de mendigo.
Allí se juntaron sabios de todos colores y clases: unos, sucios, vestidos de
andrajos y con luengas barbas; otros, afeitados, peinaditos y con quevedos de oro, unos, viejos, amarillos, sin dientes, que todo lo hallaban difícil y malo; otros, jóvenes, petulantes, que para todo encontraban salida y respuesta.
Emilia Pardo Bazán
¿Que huye? ¿Que va como un vagabundo por las carreteras y viene aquí en andrajos a dirigirse a usted, miss Trotwood? Yo deseo poner ante su vista las consecuencias inevitables del apoyo que usted pudiera darle en estas circunstancias.
Aquí había de hecho una abundancia de derecho ético a la propiedad, porque estos eran los productores de todo; pero más allá de los andrajos que vestían, tenían poca o ninguna propiedad." "Parecería," dijo Edith, "que, hablando en general, la clase que sobre todo tenía la propiedad, tenía poco o ningún derecho a ella, incluso conforme a las ideas de su época, mientras que las masas, las cuales tenían el derecho, tenían pocas o ninguna propiedad." "En esencia ese era el caso," repliqué.
-Considérome yo a los hombres con unas honras títeres que chillan, bullen y saltan, que parecen honras y mirado bien son
andrajos y palillos.
Francisco de Quevedo