Andante de su laberinto sollozó su condena de fatiga y sin saber que senda prosiguió su caminata sin destino. III Abisal oscuranza
anímica remueve las arenas interiores resacando náuticos escombros de su naufragio...
Antonio Domínguez Hidalgo
? Se extiende lastimera por los aires... borrasca anímica del mundo... extraños temblores diamantinos... resultantes de quiméricos ensueños...
Pero, por lo contrario, se conduce de muy distinto modo.» No ha sido aún totalmente esclarecido lo que Fechner significaba con este cambio de residencia de la actividad
anímica, ni tampoco sé de investigador alguno que haya seguido el camino indicado en las observaciones apuntadas.
Sigmund Freud
Volcánicas rocas sin aliento... —otro de los muchos exclama ardiente como profeta al pueblo—. Barbarie
anímica... Desdicha eterna...
Antonio Domínguez Hidalgo
Incluso diez hombres son incapaces de desviar a un hombre animado de tal convicción." No se pueden llevar a cabo grandes hazañas cuando se está en una disposición anímica normal.
CAPÍTULO I LA LITERATURA CIENTÍFICA SOBRE LOS PROBLEMAS ONÍRICOS ( ) EN las páginas que siguen aportaré la demostración de la existencia de una técnica psicológica que permite interpretar los sueños, y merced a la cual se revela cada uno de ellos como un producto psíquico pleno de sentido, al que puede asignarse un lugar perfectamente determinado en la actividad
anímica de la vida despierta.
Sigmund Freud
En la discusión científica del fenómeno onírico partimos de la hipótesis de que el mismo constituye un resultado de nuestra propia actividad
anímica; mas, sin embargo, el sueño completo se nos muestra como algo ajeno a nosotros y cuya paternidad no sentimos ningún deseo de reclamar.
Sigmund Freud
En ella solemos olvidar rápidamente un gran número de sensaciones y percepciones a causa de la debilidad de las mismas o por no alcanzar sino una mínima intensidad la excitación
anímica a ellas enlazada.
Sigmund Freud
«El producto onírico se desprende del suelo de nuestra vida
anímica y flota en el espacio psíquico como una nube que el hálito de la vida despierta desvanece» (pág.
Sigmund Freud
Opina este autor que «ni el descenso de la vida
anímica consciente por bajo del umbral principal», ni el apartamiento de la atención de las influencias del mundo exterior son suficientes para explicar las peculiaridades que la vida onírica presenta co.n relación a la despierta.
Sigmund Freud
Los autores que, en general, juzgan tan desfavorablemente la labor de las funciones psíquicas en el sueño, conceden, sin embargo, que en el mismo perdura un resto de actividad
anímica.
Sigmund Freud
Surge, pues, el problema de determinar la naturaleza y composición de este resto de actividad
anímica normal que en el sueño se manifiesta: Casi generalmente se concede que la capacidad de reproducción -la memoria- es lo que menos parece haber sufrido, pudiendo incluso producir rendimientos superiores a los habituales en la vigilia, aunque una parte de los absurdos del sueño haya de quedar explicada por la capacidad de olvido de la vida onírica.
Sigmund Freud