hijos de Bizkaya, vedla ya en el siglo XVIII, intoxicada por el virus españolista, anémica y sin fuerzas para oponerse a un contrafuero, y por último en este nuestro siglo despedazada por la furia extranjera, y expirante, que no muerta lo cual fuera preferible, sino humillada, pisoteada y escarnecida por España, por esa nación enteca y miserable!
Desde años atrás los moradores de esta parroquia vienen luchando contra el latifundismo; grave problema que succiona el trabajo y la economía particular, sumiendo en una esclavitud anémica a una mayoría de cultivadores de la tierra.
Las paredes ennegrecidas de hollín subrayan la
anémica palidez de aquel rostro, del cual desaparecieran hace tiempo las rosas de la alegría y la salud.
Baldomero Lillo
¿Con qué discernimiento podría confiarse la suerte de la revolución, la suerte de la humanidad, a una turba ignorante,
anémica de miseria, embrutecida por el cura, que hoy será estúpidamente sanguinaria y mañana se dejará engañar groseramente por cualquiera o doblará humildemente la cabeza ante el primer guerrero que ose proclamarse dueño?
Errico Malatesta
A FUENTE MILAGROSA ::: I A Santa Cruz de Solano, –un pueblecito muy sano muy alegre y muy tranquilo– llegó a pasar el verano el señor marqués del Tilo. Le acompaña su hija Rita, que está
anémica la pobre.
Vital Aza
La monja, rabiosamente, con el peso de su débil cuerpo y el escaso vigor de sus bracillos de
anémica y sedentaria, pretendía arrancar el primer enrejado...
Emilia Pardo Bazán
Era la tal, una criatura anémica, de ojos encapotillados, pupilas color de pasa Italia, algo pecosa, más bien zamba que morena, hija de la señora del principal y mi locataria; ella solía esperarme en la puerta, con una blusa de percalina azul y un gran listón de moirée sobre los cabellos esponjosos.
Una tarde, día de su santo, (llamábase Blanca María y se celebraba el 12 de octubre, fecha del descubrimiento de América), le hice un obsequio: compré en la pulpería de la esquina una botella de agua florida ¡oh díez y siete años adorables, oh amor tempranero, oh zambita ingenua, anémica y pecosa que eras para mí, bella y perfecta como la Victoria de Samotracia, oh Blanca María amor primerizo, oh romántica huachafa que libaste los más ardientes, sinceros y apasionados besos primiciales en mis "carnosos labios encendidos" ¿dónde estás?
No imajinéis, señores, que se desea preconizar la prosa anémica, desmayada i heteróclita, que toma lo ficticio por natural, el énfasis por magnificencia, la obesidad por robustez; la prosa de inversiones violentas, d'exhumaciones arcaicas i de purismos seniles; la prosa de relativos entre relativos, de accidentes que modifican accidentes i de períodos inconmensurables i sin unidad; la prosa inventada por académicos españoles que tienden a resucitar el volapuk de la época terciaria; la prosa imitada por correspondientes americanos que en Venezuela i Colombia están modificando la valerosa i progresiva lengua castellana.
Hasta que una mañana la lánguida
anémica bajó al jardín, sola, y siempre con su vaga atonía melancólica, a la hora en que el alba ríe.
Rubén Darío
No imaginéis, señores, que se desea preconizar la prosa anémica, desmayada y heteróclita, que toma lo ficticio por natural, el énfasis por magnificencia, la obesidad por robustez; la prosa de inversiones violentas, de exhumaciones arcaicas y de purismos seniles; la prosa de relativos entre relativos, de accidentes que modifican accidentes y de períodos inconmensurables y sin unidad; la prosa inventada por académicos españoles que tienden a resucitar el volapuk de la época terciaria; la prosa imitada por correspondientes americanos que en Venezuela y Colombia están modificando la valerosa y progresiva lengua castellana.
Y como en cada vuelta de la corriente económica el capitalismo quita un bocado, la corriente económica va estando cada vez más anémica y los retribuidos por bajo de lo justo van descendiendo de la burguesía acomodada a la burguesía baja, y de la burguesía baja al proletariado, y, por otra parte, se acumula el capital en manos de los capitalistas; y tenemos el fenómeno previsto por Carlos Marx, que desemboca en la Revolución rusa.