Todos aguardaban el gran momento con ansiedad y nerviosismo. La mayoría conversaba como para
ahuyentar sus preocupaciones. Y las voces se perdían ante tantos ajetreos.
Antonio Domínguez Hidalgo
También acudía a las riñas de gallos, por las que enloquecen los javaneses, o me sentaba en unas piedras excavadas que ellos llaman las "Sillas de Shiva", escuchando la música que hacía el viento al pasar por unas inmensas arpas de bambú que los nativos de esos parajes colocan en sus sembradíos para
ahuyentar a los pájaros que destrozan sus cosechas.
Roberto Arlt
Había que buscar agua, preparar el arroz,
ahuyentar de la cabaña toda clase de bicharracos: langostas, gorgojos, hormigas, grillos, caballos del diablo.
Roberto Arlt
Una segunda modalidad, aunque menos sistemática bastante más práctica, de socialismo, pretende ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario haciéndole ver que lo que a ella le interesa no son tales o cuales cambios políticos, sino simplemente determinadas mejoras en las condiciones materiales, económicas, de su vida.
Al referir todas estas cosas en su diario, Blake expresa un curioso remordimiento y habla del imperioso deber de enterrar el Trapezoedro Resplandeciente y de ahuyentar al ser demoníaco que había sido invocado, permitiendo que la luz del día penetrase en el enhiesto chapitel.
no son suficientes un carácter templado y una ciega confianza en la educación de un hijo para
ahuyentar el espectro de la fatalidad que un padre de vista enferma ve alzarse desde la línea del monte.
Horacio Quiroga
Si a veces busco compañía humana, vanos amigos cariñosos son y hasta beldad enamorada es vana para ahuyentar tan cruel persecución.
Como el plátano ama las vides, el álamo las aguas y las cañas del pantano las tierras cenagosas, así Venus se complace en la ociosidad. ¿Quieres ahuyentar al amor?
La triple evolución científica, política y religiosa que debía dar por resultado la terrible crisis por que atravesamos, puede decirse, no ya que era inminente, sino que estaba efectuada en aquella época y el clero católico que, nacido él mismo de la discusión, se había propuesto después sofocarla, había visto a sus expensas lo irrealizable de sus pretensiones, pues por una dichosa fatalidad, el irresistible atractivo de lo cierto y de lo útil, de lo bueno y de lo bello, sedujo a su pesar a los mismos a quienes su propio interés aconsejaba desecharlo y, semejantes al Cervero de la fábula, se dejaron adormecer por el encanto de las nuevas ideas y dejaron penetrar en el recinto vedado al enemigo que debieran
ahuyentar.
Gabino Barreda
a invasión del crepúsculo parecía ahuyentar de la superficie de la tierra todo lo que, momentos antes, resaltaba, tan netamente recortado.
¡Si ahuyentar el dolor de la existencia de tu inocente corazón pudiera, y la estrella de paz siempre luciera, en tu serena frente angelical...!
En nombre de la tierra, a su palacio quiero elevar mi lúgubre plegaria, y ahuyentar con mi acento del espacio los genios de la noche solitaria.