Y, entretanto, resignación, resignación activa, que no consiste en sufrir sin luchar, sino en no apesadumbrarse por lo pasado, ni
acongojarse por lo irremediable; en mirar al porvenir siempre.
Miguel de Unamuno
El navegante que parte de regiones lejanas hacia zonas templadas, no debe acongojarse de los días grises; no de acongojarse cuando atraviesa la zona de las aborrascas, la zona de las brumas y del tiempo inclemente, porque la brújula, siembre invariable, debe ser su segura y su inmortal esperanza.
Perder a un lobo por el hambre o la enfermedad es un motivo por el que acongojarse; perder uno por los cazadores es una excusa para la venganza.