Está enmarcada por dos pilastras acanaladas que sostienen un entablamento liso y descansan sobre pedestales decorados con hojas de acanto.
Sobre el dintel corre una imposta decorativa que, a modo de entablamento clásico, alterna piezas acanaladas con rosetas de ocho pétalos.
El rito de la incineración se introduce en la península a través de los Pirineos en dirección hacia el noreste, en los valles leridanos de los ríos Segre y Cinca; los objetos guardan una gran similitud con los del bajo Aragón y el valle del Ebro. Las cerámicas representativas están «acanaladas» con franjas de surcos estriados.
Los conventillos de La Boca se caracterizaban por ser construcciones de chapas de metal acanaladas, montadas muchas veces sobre pilotes o cimientos altos debido a las frecuentes inundaciones.
En él se sitúa el acceso de dintel adovelado, muy grande, entre pilastras acanaladas y con medias cañas en la mitad inferior, con plintos y capiteles, y sobre éstos entablamento.
Estas impresiones incluyeron escamas traslapadas elípticas, escamas acanaladas, y un estructura de 9 por 10 cm trapezoidal con forma de cuerno.
Es un arco honorífico constituido por un cuerpo central sobre un podio, decorado con falsas pilastras acanaladas que culminan en capiteles corintios.
Es una planta de entre 5 y 15 cm de altura. Las hojas son basales, lineales, acanaladas y glabras. Es un geófito bulboso que saca las hojas en otoño, tras la floración, y las mantiene verdes hasta la primavera; luego en verano, las hojas desaparecen y no están disponibles.
Su fachada principal con un ritmo en la colocación de vanos, destaca la puerta con dintel sobre pilastras de fuste acanaladas, sobre ella tres balcones de cuerpo central con salientes y con voladizo.
En el sitio también se han encontrado muchas herramientas de diferentes períodos, incluyendo cerámica, bifaciales, hojas laminares, una puntas de proyectil lanceolada y varias puntas acanaladas, que se consideran el marcador del período paleoindio.
Al pasar por delante de una casa en la que se había fijado durante el día y sobre la cual la luna daba de lleno, vio, en un estado de perfecta conservación, un pórtico, cuyo orden había intentado restablecer: cuatro columnas de orden dórico acanaladas hasta media altura, y con el fuste envuelto como en un paño púrpura de tonalidades de minio, sostenían un cimacio embellecido de ornamentos polícromos, que el decorador parecía haber concluido ayer; en la pared lateral de la puerta un moloso de Laconia, ejecutado al encausto y acompañado de la inscripción sacramental: Cave canem, ladraba a la luna y a los visitantes en su furia pintada.
Es de destacar el Ayuntamiento de Pola de Allande, obra de Regino Pérez de la Sala construido en 1907, con tipología clásica de este tipo de edificios: pórticos con arcos, balcón destacado, escudo y reloj. En su decoración destacan: frontones curvos y rectos, y pilastras acanaladas.