Finalmente dijo: "Tus contemporáneos no eran locos ni tontos; seguramente hay algo que no me has dicho; debe de haber alguna explicación o al menos un tinte de excusa por la cual la gente no sólo abdicase del poder de controlar sus intereses más vitales e importantes, sino que se los entregase a una clase que ni siquiera fingía interés alguno en su bienestar, y cuyo gobierno fracasó por completo en garantizarlo." "Oh, sí," dije, "había una explicación, y una que suena muy bien.
Al producirse el 1 de enero de 1809 la llamada "Asonada de Álzaga" contra el virrey Santiago de Liniers, Merelo al frente de sus hombres sostuvo la autoridad del gobernante y líder de la resistencia contra los invasores, lo que le valió ser ascendido por "haber sido uno de los comandantes que proclamaron a nuestro soberano el Sr Dn Fernando VII el día 1 de este mes, ofreciéndose a la cabeza de su batallón sostener al que legítimamente lo representaba contra los conjurados que pedían abdicase el mando".
Observando el panorama político en el que se encontraba el país, la única vía posible para restaurar la monarquía era que Isabel II abdicase en favor de su hijo, y sobre ello dialogó el duque de Sesto con la reina hasta que consiguió convencerla.
Considerado uno de los mejores alcaldes de Madrid, convenció a Isabel II de España para que abdicase en favor de su hijo Alfonso, como única vía para restablecer la monarquía, siendo el primero en firmar el documento.
En Bayona, el 1 de mayo, Napoleón tras comer con los reyes padres y Godoy, citó a Fernando VII, y sus padres apoyados por Napoleón le amenazaron para que abdicase en favor de Carlos IV al día siguiente.
Juan I pidió que abdicase de la regencia aunque algunos de los consejeros de la reina intentaron disuadirla y le advirtieron del peligro y de la ilegalidad, ya que ella no podía renunciar a una regencia que «había sido atribuida y jurada en las cortes» y que solamente las cortes podían autorizar.
Para aplacar a los otros oficiales, se comprometió a detener a los misioneros ismailíes de continuar sus actividades. Luego, convenció a Nasr para que abdicase.
Tras un intento de apoyarse en Ion Antonescu para continuar en el poder, este logró que abdicase y se exiliase a comienzos de mes, tras un golpe fallido de la Guardia y la negativa de los partidos tradicionales a formar Gobierno sin la renuncia del rey.
Después de acceder, Antonescu, con el apoyo de diversas fuerzas políticas y del Ejército Rumano, presionó a Carol para que abdicase y fuese sucedido por su hijo, Mihai.
A cambio, públicamente prometió respetar la carta de la comunidad y confirmó las libertades y las franquicias de Humberto II, que fueron resumidas en un solemne estatuto antes de que él abdicase y garantizó una última amnistía a todos los prisioneros, excepto los que se enfrentaban a la pena de muerte.
Finalmente, en diciembre de 1947, Gheorghiu-Dej y Groza presionaron al rey para que abdicase, abolieron la monarquía y proclamaron la «República Popular».
Incluso después de que abdicase y accediese a devolver el poder a la corte Imperial, ambos bandos se encontraron en la Batalla de Toba-Fushimi en 1868.