Las camadas son generalmente de una a dos crías por año. Las crías gatean inmediatamente a la bolsa marsupial de la madre y se pegan a una tetilla, donde permanecen cerca de tres meses.
Y ahí, justamente debajo de la
tetilla, veíase la mano, una mano pálida con dedos largos y uñas descomunales, adherida por la palma a esa parte del cuerpo como si estuviese soldada o cosida en él.
Baldomero Lillo
Da, cía, para, se cubre, Amaga, recibe, vuelve, Al uno tira de punta, Al otro a revés le hiere, Y al fin con un doble amago Al de Aguilera sorprende, Y en la tetilla derecha Honda estocada le mete.
TÍA CHIRIPA ¿Quién se queja? TÍO MATUTE No te asustes, no es más de que a tu hijo le atravesaron la
tetilla izquierda. MANOLO Yo muero...
Ramón de la Cruz
Su popularidad es inmensa entre los labriegos, quienes no se hartan jamás de oírle relatar la historia de la mano pegada, de aquella mano, la siniestra, que el vagabundo lleva adherida a la carne debajo de la
tetilla derecha y que, según es fama, no puede desprenderse de allí, porque a la menor tentativa en ese sentido salta la sangre como si se le rasgara la piel de una cuchillada.
Baldomero Lillo
Sentí que el mundo se me venía encima y caí redondo. Cuando volví tenía la mano izquierda, la mano sacrílega, pegada debajo de la
tetilla derecha.
Baldomero Lillo
El hijo de Tideo arrojóle un dardo, y si bien erró el tiro, hirió en el pecho cerca de la
tetilla a Eniopeo, hijo del animoso Tebeo, que, como auriga, gobernaba las riendas: Eniopeo cayó del carro, cejaron los corceles y allí terminaron la vida y el valor del guerrero.
Homero
Herido en el tobillo derecho por puntiaguda piedra que le tiró Piroo Imbrásida, caudillo de los tracios, que había llegado de Eno —la insolente piedra rompióle ambos tendones y el hueso—, cayó de espaldas en el polvo, expirante tendía los brazos a sus camaradas cuando el mismo Piroo acudió presuroso y le envasó la lanza en el ombligo: derramáronse los intestinos y las tinieblas velaron los ojos del guerrero. Mientras Piroo arremetía, Toante el etolo alancéole en el pecho, por cima de una
tetilla, y el bronce atravesó el pulmón.
Homero
— Contra Héctor, que perseguía a Leito, arrojó Idomeneo su lanza y le dio un bote en el peto de la coraza, junto a la
tetilla; pero rompióse aquélla en la unión del asta con el hierro, y los teucros gritaron.
Homero
Mas no pudo pagar a sus progenitores la crianza ni fue larga su vida, porque sucumbió vencido por la lanza del magnánimo Ayante: acometía el teucro cuando Ayante le hirió en el pecho junto a la
tetilla derecha, y la broncínea punta salió por la espalda.
Homero
Dijo, y derribó del carro a Timbreo, envasándole la pica en la
tetilla izquierda; mientras Odiseo hería al escudero del mismo rey a Molión, igual a un dios.
Homero
Mas entonces el poderoso Agamemnón Atrida le envasó a Iso la lanza en el pecho, sobre la
tetilla, y a Antifo le hirió con la espada en la oreja y le derribó del carro.
Homero