Además, por lo de la hora presente no hay que preocuparse: aquí habemos cuatro hombres y un rifle y el Viejito viene con nosotros.
Cuando llegó el médico, no se cuidó ya de recatar su pesimismo, y llevándose aparte a la señora Catalina, hermana de la señora Micaela, le dijo con acento solemne: -Esto no tiene ya, desgraciadamente, compostura, así es que ya deben ustedes preocuparse de su alma, que por su cuerpo es ya bien poco lo que puede hacerse.
Pero sucedió que, estando el barquichuelo en plena navegación, alguien llamó a los niños, y ellos se echaron a correr sin
preocuparse de la suerte del zueco, el cual siguió alejándose de tierra; el escarabajo estaba de verdad aterrorizado.
Hans Christian Andersen
Cuando se tienen unos padres tan padres como los tuyos, ricos e influyentes, la mesa está puesta, ¿¡para qué
preocuparse en tonterías!?
Antonio Domínguez Hidalgo
(El que hace el bien es para lograr su propia alegría. Dichosos los animales que vienen sin saber que vienen, que viven sin saber que vienen, que mueren sin
preocuparse por ello.
Antonio Domínguez Hidalgo
Si en verdad la nación entera está dispuesta a claudicar en sus anhelos de libertad y democracia, entonces el clamor pidiendo nuestro aniquilamiento será gigantesco y no tendrá usted de qué preocuparse.
Artículo 24 Bis.- El militar, atendiendo a su honor y principios, debe obrar con equidad y justicia, ser ejemplo de puntualidad y preocuparse por cumplir con lo ordenado, anteponiendo su iniciativa e inteligencia.
Fomentar la riqueza para aumentar las utilidades de los inversionistas, emplear los fondos y la autoridad pública en rodear de todo género de facilidades y garantías a los privilegiados para que éstos retiraran un mayor lucro sin otro fin que disfrutarlo que en beneficio propio, dictar leyes protectoras de este política grata a los que ven en la riqueza un objetivo final sin preocuparse de quienes la disfruten, constituyó el ideal político de los gobernantes del país durante un largo período de nuestra historia y fue la causa del desencadenamiento en su contra, de las incontrastables energías populares y del triunfo de la Revolución.
Iba a visitar a los procuradores, al presidente de la audiencia, recordaba el vencimiento de las letras, obtenía aplazamientos, y en casa planchaba, cosía, lavaba, vigilaba los obreros, pagaba las cuentas, mientras que, sin preocuparse de nada, el señor, continuamente embotado en una somnolencia gruñona de la que no se despertaba más que para decirle cosas desagradables, permanecía fumando al lado del fuego, escupiendo en las cenizas.
En lo referente a las cosas necesarias para la subsistencia del alma animal y con las que se le protege del exterior, poco había de ocuparse de ellas, puesto que estaba vestido de pieles, y tenía una morada que le libraba de los agentes exteriores, y esto le era suficiente, sin
preocuparse más de ello.
Abentofail
La actividad del segundo sistema puede libertarse por completo del principio del displacer y continuar su marcha sin
preocuparse del displacer del recuerdo, o puede también cargar de tal manera el recuerdo displaciente que quede evitado el desarrollo de displacer.
Sigmund Freud
Más rastro deja en un espejo la imagen reflejada, que en el ánimo de Rufa las noticias sobre la guerra, que oía en el pueblo los domingos y los dos días de semana en que iba a sus ventas. Lo que fué del Caratejo, no llegó a
preocuparse hasta el grado de indagar por el lugar de su paradero.
Tomás Carrasquilla