Y así, si he dicho en mil veces pasadas, de viva voz o con mi pluma y arte, que hay mal leve y hay mal amargo y fiero, piensa que lo que digo es verdadero.
Busca, pues, el sosiego dulce y caro, como en la oscura noche del Egeo busca el piloto el eminente faro; que si acortas y ciñes tu deseo dirás: "Lo que desprecio he conseguido; que la opinión vulgar es devaneo." Más quiere el ruiseñor su pobre nido de pluma y leves pajas, más sus quejas en el bosque repuesto y escondido, que agradar lisonjero las orejas de algún príncipe insigne, aprisionado en el metal de las doradas rejas.
Al tachárseme de traidor y antipatriota, ¿no se me dirige acaso la misma acusación que los Osorio, los San Bruno, los Marcó del Pont dirigían contra O’Higgins, contra los Carrera, contra todos los chilenos expatriados en Mendoza o en Buenos Aires, que, después de haber luchado en Rancagua, combatían con la pluma a los invasores que más tarde iban a vencer con espada?
Poique pa mí es una puñalá trapera que me dan una pluma que le jurguen con mala intención a la que a mí me esteta to lo que a un hombre le enluta er corazón, y tan es asina, que la otra tarde que la vi yo la mar de cavilosa y me enteré de que se había trompezao con la Rosarillo en ca de la Pechugona, como yo me comí la partía del porqué estaba ella tan de malito encare, le juré que o perdía yo jasta el segundo apellío o tenía ella, antes de que gorviera a crecerle el pelo a los maizales, un mantón y unas arracás doble mejores que las que se pone jasta pa dormir la jembra del Chirimollo.
Ordena el rey que se halle al caballero que blanca pluma lleva en la celada, de blanco va y en blanco corcel viene, pues no sabe qué nombre Grifón tiene.
porque el Carambuco andaba siempre pillándole las vueltas pa rizar la pluma delante de su gachí, a la que no dejaba ni a sol ni a sombra.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna hasta que al fin musité: "Vi a otros amigos volar; por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Docto símbolo desta verdad es la saeta; con la pluma vuela el hierro que ha de herir. Por muchos sean ejemplo Alejandro el Grande y Julio César.
Los franceses se rieron de admiración al ver al farmacéutico ocupado en ajustar cuentas cuando le rodeaban la muerte y la ruina. Celedonio alzó la cabeza y enristró la
pluma, esperando cantidades que anotar.
Pedro Antonio de Alarcón
Con jovial entereza le dijo: —Sor Jimena, con las sopas de ajo le sentará mejor que las alicas de pluma, un trago de vino rancio.
Doblen este cable de plomo. Y tú esquelética pluma, trata de desplomarme. ¡Nadie me puede aplacar pues soy brillante como de plata.
En su copa de púrpura embozada, la mano sobre el pomo cincelado de su sutil y florentina espada, la blanca pluma del chambergo al viento, al luar de las noches estivales bajo la esbelta ojiva de un convento mustió sus primeros madrigales.