Este recuerdo era el que más amargura le proporcionaba,; ella sabía que su hombre no vivía más que mirándose en sus ojos, que un capricho suyo por satisfacer era una espina clavada en su pecho, y sabiendo que vivía rabiando por no poder tenerla como a una reina en su trono, y soñando con echarse al tabaco para que se acabaran ya de una vez estrecheces y amarguras, había ella cometido la imprudencia de confiarle sus tan vehementes deseos de darle un boca abajo a la mujer del Chirimollo.
poniendo en camino la tropa y artillería que tuviese, que á Iriarte le comunicaba lo mismo, para que á tres fuegos desbaratásemos la única espina que nos molesta; ¿qué resultó de todo esto?
Tomaban ora sus miembros la flexibilidad del junco, ora la dureza del fierro y su
espina dorsal era el eje de movimiento parecido al de la serpiente.
Esteban Echeverría
El aire del invierno Hace tu azul pedazos, Y troncha tus florestas El lamentar callado De alguna fuente fría. Donde posas tus manos, La espina de la risa O el caluroso hachazo De la pasión encuentras.
Ab-el-Korda fue el primero en felicitarla: el conde de la
Espina y Marquesi al oír la noticia se alejó del comedor para regresar pocos minutos después con un hermoso collar de perlas falsas que le ofreció con el más señoril de los ademanes.
Roberto Arlt
La señora escocesa que renunciara a su esperanza de convertir al árabe y de regenerar al conde de la
Espina y Marquesi, tomó bajo su tutela a mi primo.
Roberto Arlt
La periodista Lenika Avila, de Radio Educación: tengo una inquietud respecto al ahorro interno, se ha convertido en algo así como la espina dorsal de su política económica para alcanzar el crecimiento, sin embargo, además de todas las reformas tributarias que puedan darse para generar el ahorro público, hay gran inquietud en la población, por saber de qué forma pueden contribuir en este ahorro interno ante el desempleo, ante la pobreza que viven y ante el mismo endeudamiento interno que vivimos.
¿Algo va mal?» De las dos direcciones llegó la misma respuesta: «Todo bien.» Resistiéndome a la leve sensación de que un dedo helado rozaba mi espina dorsal, le expliqué que aquella figura había debido ser una mala pasada de su sentido visual, y que se sabía que tales figuras, originadas por desarreglos de los delicados nervios que administran las funciones del ojo, turbaban con frecuencia a enfermos, algunos de los cuales habían llegado a ser conscientes de la naturaleza de sus males e incluso la habían demostrado mediante experimentos con ellos mismos.
«Lo que temo, hijo mío –solía decirle su madre–, es cuando te encuentres con la primera espina en el camino de tu vida.» ¡Si estuviera aquí ella para hacer florecer en rosa a esta primera espina!
Quien tan sin carne os viere, si no es ciego, Yo sé que dirá luego, Mirando en vos más puntas que en rastrillo, Que os engendró algún miércoles Corvillo; Y quien pez os llamó, no desatina, Viendo que tras ser negra, sois
espina.
Francisco de Quevedo
Sé cuidadosa, porque vienes de gente que se ha educado, desciendes de ella. Gracias a personas con saber has nacido tú, que eres la espina y el brote de quienes nos guían.
Sostenido por tan endebles puntos de apoyo, su cuerpo rojo se estremecía bajo los chorros de una lluvia fría dirigida contra él, y él rugía con el rugido sofocado de un oso que estuviera arrancándose una espina.