Pero la gente susodicha y sus melifluos infatigables salmistas se equivocan de medio a medio, como voy a demostrarlo con hechos, que son argumentos sin vuelta ni revés; y con hechos que no han de proceder de la vida y milagros de la benemérita clase media que, por horror innato a su propia medianía, vive en perpetuo remedo aristocrático; ni tampoco de los anales de los sabañonudos gremios horteril, especiero y consortes, rebaño que ya viste frac, toma sorbete y baila con guantes los domingos, y forcejea y suda por eclipsar el brillo social de la clase media.
Él mismo daba las friegas, aplicaba los remedios. Al convalecer el
especiero, Pedrete era un semihombrecito, espigado, flaco, en la crisis del crecimiento, que les consume.
Emilia Pardo Bazán
La respuesta del muchacho no fue dada con la boca. Corrió, se precipitó a estrechar al
especiero, escondiendo la cara contra su pecho, contra sus barbas grises.
Emilia Pardo Bazán
El
especiero tomó un dependiente, mocetón de recia nuca, que atrajo a las criadas de los barrios ricos con galanterías que olían a nuez moscada y queso de Flandes.
Emilia Pardo Bazán
Y al tenderle el
especiero el número de Nautiliense, todo arrugado y oliendo ya a cominos, la mujeruca suspiró de un modo adulador: -¡Ay, qué presioso es el pequeñito!
Emilia Pardo Bazán
Pos bien: me lo trompiezo, mos damos un achuchón, y después del achuchón mos vamos a tomarnos unas copas a ca del Especiero; ya en ca del Especiero, platicando, platicando por la verdá, le dije al Maroto lo que me pasaba, porque como yo sé que si tú pasas por toas, y estás dispuesta a pechar con el de Osuna, es porque yo no tenga que dir en mi vejez a peir un mendrugo de puerta en puerta, pos la verdá, platicando, platicando, se me resbaló la sin hueso y le puse toas las cartas boca arriba y fue que Dios me iluminó.
El
especiero compró la casa, y a renglón seguido otras dos más, contiguas -entre ellas la de Marica la del Peine-, y se metió en el fregado de hacer de las tres una, por el estilo de las que empezaban a hermosear el Ensanche.
Emilia Pardo Bazán
Hay mucho parecido entre el especiero y un diseño de pesas de balanza romana usados en un período posterior en el Imperio romano oriental.
Hacia 1510, el trono de Portugal embolsaba un millón de cruzados anuales sólo en base al comercio de especias. Por ello, Francisco I de Francia llegó a apodar al rey lusitano Manuel I el «rey especiero».
En 1430 se registró como orfebre y ebanista en la corporación gremial de San Lucas (que con el tiempo se convertiría en la «Academia de Bellas Artes de Florencia»); más tarde también se inscribiría en el correspondiente gremio como médico y especiero (experto en hierbas y plantas medicinales).
Warren Martyn y Adrian Wood, los autores del libro I Can't Believe It's a Bigger and Better Updated Unofficial Simpsons Guide elogiaron el episodio, diciendo que "El intento de Homer de construir un especiero es sólo el principio de otro episodio genial, el cual muestra un excelente debate sobre la violencia en televisión y la censura políticamente inspirada".
Aún sin tomar, se pasa la copa a la mano izquierda, se levanta el especiero y se dice::Baruj ata Ado---noy, Elo---heinu melej ha-olam, Bore minei vesamim.