Suave y natural frescura Perfuma el aire, y penetra En el cerebro alejando Meláncolicas ideas. La vista cruza la atmósfera Hasta una distancia inmensa Por entre su velo diáfano (81) Perdiéndose sin violencia.
Blanca paloma perdida, próxima a tender su vuelo para buscar otro cielo más diáfano en que volar, medía el espacio inmenso que recorrer intentaba, y antes de alzarse dudaba si le podría cruzar.
Que cruce el aire azul diáfano y raro desprendida en la luz de alguna estrella, y aunque en sueños no más me dé segura una prenda real de su ventura.» Y así diciendo el infeliz mancebo, con tales ilusiones trastornado, saliendo del santuario abandonado su camino a emprender volvió de nuevo.
Había cierto aire diáfano, cierta luz en sus contornos, que quedaba en los adornos que tocaba por doquier; de modo que en breve tiempo que anduvo por los altares, viéronse en ellos millares de luces resplandecer.
¡Soñador! ¡Anticuado! ¡Idealista!) Solo que... ¡Sí! ¡Oh
diáfano prodigo de los hechos! ¡Sí! ¡Químico prodigio de merlines cósmicos! ¡Sí!
Antonio Domínguez Hidalgo
y nada nos dijimos, pues nuestros ojos expresaban toda la felicidad de habernos encontrado. Al verlo,
diáfano y visible a través de todo y de todos, acababa de comprender que yo estaba como él—muerta.
Horacio Quiroga
Es mi voluntad de hoy, también mi deber, el hablar, por tanto, con palabra mesurada para decir lo que quisiera decir, porque aprendí de Aristóteles que el habla es la representación de la mente y la escritura lo es del habla, y mi mente es hoy sosegada, mi palabra aspira a ser clara y mi discurso, lo que antes fue mi escritura, pretende enseñarse diáfano y sincero; sé de sobras que, tal como pensaba Gracián que decía Fernando el Católico, es la espera fruta de grandes corazones y muy fecunda de aciertos, ya que en los hombres de pequeño corazón ni caben el tiempo ni el secreto.
Y ambas fueron a buscarlos, y los llevaron al tocadorcito del baño. Este, oval,
diáfano, remansado, semeja enorme lente. Dos fucsias simétricamente plantadas campan en el centro de aquellas espesuras artificiosas; extienden sus ramajes, cuelgan sus flores purpurinas y las dibujan en la quieta superficie.
Tomás Carrasquilla
Grandes bosques de árboles centenarios, cubiertos de musgo y liquen, rodeaban por todas partes un lago
diáfano y sereno, en una de cuyas orillas, y sobre imponentes peñascos, se elevaba el castillo, residencia real; el castillo era ya muy antiguo y de arquitectura grandiosa; sus torres, cercadas de balconcillos calados de granito, se reflejaban en el lago; y la yedra, trepando por los muros, daba graciosísimo aspecto a la azotea, en cuyo borde unas estatuas de mármol, amarillosas ya con la intemperie, se inclinaban para mirarse en el lago también.
Emilia Pardo Bazán
Porque la verdad es que en los templados días de primavera, cuando la cabeza se llena de sueños y el corazón de deseos, cuando el sol parece más brillante y el cielo más azul y más profundo; cuando el aire perezoso y tibio vaga a nuestro alrededor cargado de perfumes y de notas de armonías lejanas; cuando se bebe en la atmósfera un dulce y sutil fluido que circula con la sangre y aligera su curso, se siente un no sé qué de
diáfano y agradable en uno mismo y en cuanto lo rodea, que no se puede menos de confesar que la vida no es del todo mala.
Gustavo Adolfo Bécquer
Diríase que las Academias, los escritores y el pueblo no representan a gusto su papel sino que prefieren, aunque no les competa, fingir el papel de los demás que —pudiera ser incluso por razón de principio— queda siempre borroso y desdibujado y, lo que es peor, termina por difuminar y velar el objeto mismo de su atención: el lenguaje, el verbo que se precisaría esencialmente diáfano.
Bajo un rostro diáfano y sereno, sombreado de rubios ondulantes cabellos, de la cruz, una cruz quiere decir: «Aquí está la caridad; ten, pasajero, fe y esperanza...».