Iba, en esa ocasión, a comprar una noviyada gorda y mestisona, de una viuda ricacha, y no paraba en
descontar los ojos de güey que podía agensiarse en el negosio.
Ricardo Güiraldes
Finalmente, Lheureux le explicó que un amigo suyo, Vinçart, banquero en Rouen, iba a descontar aquellas cuatro letras y luego él mismo entregaría a Madame el sobrante de la deuda real.
Así se explica cómo uno de esos trusts, la «Azucarera de España», haya podido cerrar las cuentas del ejercicio 1918-1919 -después de descontar los gastos- con unos beneficios de 4.176.583,04 de pesetas y de 3.291.417,20 de pesetas, respectivamente, cuya distribución no se detalla en la memoria, que extracta la Gaceta de la Bolsa, pero en la que se indica que la Junta se propone repartir el dividendo del 6 por ciento a las acciones preferentes contra el 5 por ciento distribuido en el balance anterior.
La fuerza de la política, que impone atraer fuerzas ajenas y no intentar subordinarlas; sumar intereses, buscando denominadores comunes; adoptar más lo que une y acerca que lo que separa y divide; desechar el descontar fuerzas por exclusivismo, por encerrarse en lo propio, por creer que siempre se tiene la razón.
Devo a Castillo, texedor de oro tirado, vezino de Toledo, veynte myl maravedís de los quales tiene obligación mya, destos tiene rrecebidos treynta ducados que le sytué en el maestro de la Cámara que se an de
descontar de los veynte mil maravedís.
Garcilaso de la Vega
Artículo 299.- El otorgamiento o transmisión de un título de crédito o de cualquier otro documento por el acreditado al acreditante, como reconocimiento del adeudo que a cargo de aquél resulte en virtud de las disposiciones que haga del crédito concedido, no facultan al acreditante para descontar o ceder el crédito así documentado, antes de su vencimiento, sino hasta cuando el acreditado lo autorice a ello expresamente.
De los ingresos provenientes de las enajenaciones realizadas por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, respecto de los bienes propiedad del Gobierno Federal que hayan sido transferidos por la Tesorería de la Federación, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes deberá descontar los importes necesarios para financiar otras transferencias o mandatos de la propia Tesorería; del monto restante hasta la cantidad que determine la Junta de Gobierno de dicho organismo se depositará en un fondo que se destinará a financiar, junto con los recursos fiscales y patrimoniales del organismo, las operaciones de éste, y el remanente será enterado a la Tesorería de la Federación en los términos de las disposiciones aplicables.
Adquirir o descontar giros o letras de cambio sobre el interior del país, siempre que esos efectos no tengan un vencimiento que exceda de siete días vista, negociar los efectos así adquiridos y vender giros o letras de cambio sobre el interior del país; XIII.
Descontar títulos de crédito a las instituciones de crédito, ya sea que actúen por cuenta propia o en ejecución de fideicomisos en los que el Gobierno Federal sea fideicomitente, cuando ello sea necesario o conveniente para el ejercicio de las facultades y funciones que esta ley le encomienda y siempre que tales descuentos se hagan con la responsabilidad de la institución descontaria y satisfagan los requisitos de seguridad propios de una sena técnica bancaria.
En ejercicio de esta facultad, la Tesorería ha emitido, durante el primer semestre del presente año, certificados por valor de seis millones de pesos, que fueron descontados en el Banco de México y que se liquidaron a su vencimiento el 31 de julio próximo pasado; y ha vuelto a emitir y descontar certificados por valor de doce millones de pesos, que serán cubiertos precisamente antes de vencerse el presente ejercicio fiscal, pues los ingresos del Erario, durante el segundo semestre, permitirán ampliamente su pago oportuno.
El envejecimiento prematuro de los locos obliga siempre a
descontar diez años de los que parecen tener; calculé que en vez de cuarenta o más que representaba, sólo contaría treinta y tres o treinta y cuatro.
Emilia Pardo Bazán
Su crédito era bueno, por la sencilla razón de que nunca lo usaba, llegando a descontar todo lo que compraba en plaza, y también a colocar dinero a interés -a buen interés- cuando le sobraba.