10 Tomando luego Rispa hija de Aja un saco, tendióselo sobre un peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó á ninguna ave del cielo asentarse sobre ellos de día, ni bestias del campo de noche. 11 Y fué dicho á David lo que hacía Rispa hija de Aja, concubina de Saúl.
11 Y los hijos de Eliphaz fueron Temán, Omar, Zepho, Gatam, y Cenaz. 12 Y Timna fué concubina de Eliphaz, hijo de Esaú, la cual le parió á Amalec: estos son los hijos de Ada, mujer de Esaú.
10 Mas el hombre no quiso quedar allí la noche, sino que se levantó y partió, y llegó hasta enfrente de Jebus, que es Jerusalem, con su par de asnos aparejados, y con su concubina.
47 Y los hijos de Joddai: Regem, Jotham, Gesán, Pelet, Epho, y Saaph. 48 Maachâ, concubina de Caleb, le parió á Sebet, y á Thirana.
Como en otra ocasión lo hemos apuntado, Amat hablaba con muy marcado acento de catalán, y en sus querellas de amante lanzaba a su
concubina un ¡perra-chola!, que al pasar por su boca sin dientes se convertía en perri-choli.
Ricardo Palma
Es un alguacil que viene a torturarme en nombre de la ley; es una concubina que viene a pregonar su miseria y agregar las trivialidades de su vida a los dolores de la mía; o bien el mensajero de un director de periódico que reclama la continuación del manuscrito.
El amor desinteresado que profesaba a Pedro le hizo llevar con paciencia la nota de
concubina, siendo, como lo era, la verdadera y legítima reina de Castilla.
José María Blanco White
Esta me suplicaba continuamente, abrazando mis rodillas, que yaciera con la
concubina para que aborreciese al anciano. Quise obedecerla y lo hice; mi padre, que no tardó en conocerlo, me maldijo repetidas veces, pidió a las horrendas Erinies que jamás pudiera sentarse en sus rodillas un hijo mío, y el Zeus del infierno y la terrible Perséfone ratificaron sus imprecaciones.
Homero
Por más que la infeliz se lamentaba y declaraba en alta voz, como era verdad, que ella no era concubina y que este desenfrenado furor era infundado, pues eran hermanos, su cuñada la increpaba llamándola embustera e hopócrita.
En el derecho romano al que se casaba con la concubina, se exigía para la legitimación de los hijos habidos en ella el otorgamiento de escritura; no para que valiese el matrimonio, pues éste se contraía por el solo consentimiento; sino para que constase que la concubina pasaba a la categoría de mujer legítima, y si existían hijos, cuáles de ellos se legitimaban.
De que se colige que la legitimación era voluntaria por parte de los padres, y no se extendía a todos los hijos habidos en la concubina, sino a los que el padre quería.
De la significación del sacrificio que mandó Dios le ofreciese Abraham, habiendo éste pedido al Señor que le explicase lo que creía CAPITULO XXV. De Agar, esclava de Sara, la cual Sara quiso que fuese concubina de Abraham CAPITULO XXVI.