Cerca de las zanjas, bajo la protección de las troneras de adobe, a un paso del puentecito, una docena de tolditos de junco y cuatro carretas de bueyes, todo ocupado por mujeres y niños, familias de los milicos, atareadas en cebar mate y en preparar la cena, listas para correr, al primer grito del centinela, a encerrarse en el fortín.
También era más fácil encontrar verdadera hospitalidad en el simple rancho de algún hacendado pobre que en las mismas casas de negocio, que siempre tienen el recelo de ser una presa tentadora para los aventureros, y que por esto se contentan con edificar a cierta distancia de la casa, y cerco afuera, una ramada sin puerta, donde el viajero nocturno encuentra lo necesario para cebar mate, -si es que trae yerba,- y...
¡Qué llena está de piñones! Morcilla de cortesanos, y asada por esas manos hechas a
cebar lechones. ¡Vive Dios!, que se podía poner al lado del Rey, puerco, Inés, á toda ley, que hinche tripa vacía.
Baltasar del Alcázar
No sucedía lo mismo en la noche, en que viniendo más abundante y más fría, molían mucho más los molinos. Con este fin quedaba un indio o una india o algún muchacho para cebar el molino con el metal.
Esta es la mercadería reservada especialmente a la gleba de los yerbales, y pasada de contrabando de una república a otra por los honorables bandoleros de la alta banca. Así se come en la mina; ninguna labradora civilizada consentirá en cebar con semejante bazofia a sus puercos.
En la memoria conserva el recuerdo de que en tal punto, hay agua; en tal otro, buenos pastizales; que ha habido vacas allá, hace poco, y que habrá por consiguiente leña, o que en el médano tal, hay raíces combustibles; y allí irá en derechura, y acampará, desprendiendo de la cincha del caballo la pavita que pronto cantará, colgada de la cruz del facón plantado de sesgo sobre un fuego de leña de vaca, para cebar el confortante mate, con la yerba traída en los dobleces del pañuelo.
Mucho trabajó el buen conde en haberle de enseñar a su hijo Montesinos todo el arte militar, la vida de caballero cómo la había de usar, cómo ha de jugar las armas, y qué honra ha de ganar, cómo vengará el enojo que al padre fueron a dar. Muéstrale en leer y escribir lo que le puede enseñar, muéstrale jugar a tablas, y
cebar un gavilán.
Anónimo
Por otra parte los que hacían esto en la noche no trabajaban de día y así holgaban por el poco trabajo que tenían, pues en cebar el molino no tardaban cuatro credos.
Furioso Volscente de no ver quién causa aquel estrago, y no sabiendo cómo cebar su rabia, "Pues tú, exclama, tú me pagarás con tu caliente sangre la muerte de esos dos, mientras no parece el verdadero asesino"; y al mismo tiempo arroja, espada en mano, contra Euríalo.
Entonces podréis cebar vuestros odios y será lícito el saqueo; ahora estad quedos y ajustad contentos plácida alianza." Esta breve arenga pronunció Júpiter; mas prolija la rubia Venus replicó en estos términos...
—Vengo a arrojar sobre vuestras frentes —dijo Sara con voz firme y resuelta— todo el baldón de vuestra infame obra, y vengo a deciros que en vano esperáis la víctima para el sacrificio, si ya no es que intentáis
cebar en mí vuestra sed de sangre, porque el cristiano a quien aguardáis no vendrá porque yo lo he prevenido de vuestras asechanzas.
Gustavo Adolfo Bécquer
-Vengo a arrojar sobre vuestras frentes -dijo Sara con voz firme y resuelta- todo el baldón de vuestra infame obra, y vengo a deciros que en vano esperáis la víctima para el sacrificio, si ya no es que intentáis
cebar en mí vuestra sed de sangre, porque el cristiano a quien aguardáis no vendrá porque yo lo he prevenido de vuestras asechanzas.
Gustavo Adolfo Bécquer