La extraordinaria tenuidad del objeto de nuestro terror era ya aparente, pues todos los cuerpos celestes se percibían a través de él.
Formaban relatos de aparente sin sentido, pero que al leerlos en voz alta, parecían sugerir curiosas y entretenidas significaciones.
Continúaba, eso sí, por terquedad aragonesa, más que por otra cosa, diciéndose su mortal enemigo, y hablándole con
aparente acritud y a voces, como si estuviera mandando soldados; pero sus ojos la seguían y se posaban en ella con respeto, y si por acaso se encontraban con la mirada (cada vez más grave y triste desde aquel día) de la impávida y misteriosa joven, parecían inquirir afanosamente qué gravedad y tristura eran aquéllas.
Pedro Antonio de Alarcón
Ya se han cumplido ventiún años de la última conflagración mundial, y diversas publicaciones, en distintos idiomas, celebran el final de la contienda, simbolizado por la derrota de Japón. Existe un clima de aparente optimismo entre los sectores de opinión más dispares.
Era de un rojo oscuro, con una cola apenas perceptible. Durante siete u ocho días no advertimos ningún aumento en su diámetro aparente, y su color cambió muy poco.
Volanterías, un libro de cuentos; volanterías, multitud de especies que vagan en la imaginación y que impiden fijar la atención en alguna; Volanterías, personajes carentes de crónicas que se deslizan en el anonimato, que se confunden, que se ocultan para esconder su
aparente pequeñez, pero que están allí y allá...
Antonio Domínguez Hidalgo
Una risotada macabra y fugaz interrumpió la aparente tranquilidad de ese escenario y se fue perdiendo en un eco que se diluía en la distancia.
- Levántate; déjate de zalamerías, y dime qué se te ofrece... -respondió el Conde con
aparente sequedad. Heredia se puso también serio, y dijo con mucho desparpajo: - Pues, señor, vengo a que se me den los mil reales.
Pedro Antonio de Alarcón
Seguirá después el curso del río Caquena o Cosapilla, hasta la afluencia (93) del desagüe aparente de las vegas de la estancia de Cosapilla, desde cuya afluencia irá en línea recta al mojón de Visviri (94).
Aquella aparente gravedad era la crisis, la esperada crisis, la última dentellada del lobo, pero en aquella crisis se quedaría fijamente el pícaro animal sin la pícara dentadura.
No sé cuánto tiempo dormí, pero después de ese aparente largo rato de descanso, desperté predispuesto, con más ánimo, a seguir por la aflictiva ruta de mi desventura que una fuerza invisible me forzaba a continuar.
Su altivez andante dejaba ver con descaro la insinuación de quienes se muestran superiores, aunque no lo sean. Erguía el cuerpo con
aparente categoría y su mirada se llenaba de menosprecios.
Antonio Domínguez Hidalgo