Por eso no dormía; Por eso le temblequeaban las enclenques piernas, al quedarse
abandonado en aquel pazo de carcomidas puertas y tapia desportillada, llena de boquetes.
Emilia Pardo Bazán
Estaba desierto, no se oía un ruido, ni un movimiento, ni un vehículo, ni un hombre, ni un manojo de verduras o flores. Estaba vacío, inmóvil, abandonado, muerto.
¡Extraño baile en el que no se bailaba y en el que no había orquesta! De Jacquels había desaparecido, y estaba solo, abandonado en medio de aquella muchedumbre desconocida.
Se ha quedado inmóvil con la pala hacia atrás, y el sweater erizado de pelusa al rojo blanco. —¡Miserable! ¡Ha
abandonado su servicio!—rujo lanzándome del arenero. Calma espectacular.
Horacio Quiroga
Subercasaux se dio por primera vez cuenta exacta, en esa noche, de que los dos compañeros que había
abandonado a la noche y a la lluvia eran sus dos hijos, de cinco y seis años, cuyas cabezas no alcanzaban al cubo de la rueda, y que, juntitos y chorreando esperaban tranquilos a que su padre volviera.
Horacio Quiroga
Mi honor está en juego y, para mencionar un gran secreto, la recompensa es enorme. Por eso no he abandonado la partida hasta convencerme plenamente de que el ladrón es más astuto que yo mismo.
El extraño vértigo y la terrible oscuridad me han abandonado, y ya no oigo ese sonido enloquecedor, turbulento, horrible, semejante a «la voz de muchas aguas».
Toda esperanza que a Zerbín me lleve, por cuanto escucho aquí, ya he abandonado; pues ya mi venta han hecho a un comerciante, que piensa al sultán darme de Levante.» Así decía la gentil doncella, mientras hipando y suspirando enhebra la tela de su angélica querella, capaz de conmover sierpe o culebra.
Su historia comenzó de un modo tan feliz y placentero, y, ¿qué ha sido de él?
Abandonado y olvidado, un árbol de vergel puesto junto al foso, al borde del campo y de la carretera.
Hans Christian Andersen
con traición... Y solo,
abandonado por los acomodaticios que traicionaban todo por la deleznable ambición egoísta, me cansé. Y vi como el amigo se escondió tras la conveniencia; el héroe se volvió energúmeno; el santo cayó en la hipocresía; el sabio se llenó de oro; los soñadores afilaron los dientes; el compañerismo se despilfarró en ebriedades; el ideal se volvió exhibicionismo.
Antonio Domínguez Hidalgo
—Sí, porque soy inocente... inocente A pesar de que me haya
abandonado quien nunca ha existido... —murmuró como quien no quiere, mientras sus ojos brillaron como trémulas esferas, cristales sin reflejos, luciérnagas sin luz...
Antonio Domínguez Hidalgo
mucho o poco que ganes... lo puedes ir ahorrando... Yo creo que no hay cosa peor que morir
abandonado... Ir a parar a la fosa común...
Antonio Domínguez Hidalgo