Y ante tanta desolación, corrió a su pequeño vehículo azuloso y desencantado, encendió los propulsores y partió rumbo a la
Vía Láctea.
Antonio Domínguez Hidalgo
Y vibraba la mente, y vibraba el espíritu, y vibraba el cuerpo; Rosario María se entregaba a la grandeza humana para ser alguien que pudiera dar: dar una palabra, dar una sonrisa, dar el misterioso encanto de una sabiduría que descubriera en la oscuridad de la noche, la vibrátil devoción de la Vía láctea.
Ningún espectador podría olvidar nunca aquel espectáculo, y Ammi se quedó mirando estúpidamente el camino que habla seguido el color hasta mezclarse con las estrellas de la Vía Láctea.
Habría andado interminables tierras, guiándose por el chorro de estrellas de la
Vía Láctea, y visto caer a su lado a infinitos compañeros de peregrinación, rendidos al hambre, a la sed, al agotamiento de fuerzas, al fuego del sol devorante.
Emilia Pardo Bazán
Luego, TEZCATLIPOCA se echó a volar perseguido por QUETZALCOATL y en su vuelo fueron desplegando centenares de estrellas que se convirtieron en la Vía Láctea, ese camino nebuloso que vemos en las noches claras por la esfera azul del cielo, es decir, en la lengua que hablaban nuestros antiguos abuelos toltecas: MIXCOATL, serpiente de nubes.
El Infinito derrumba su interrogación huraña, y se suicida, en la extraña
vía láctea, el meteoro, como un carbunclo de oro en una tela de araña.
Julio Herrera y Reissig
–Lanzarote vencedor de la inconsciencia– El cosmos se acrecienta ante mi vuelo y ebrio de estrellas y luz, cegado de amores laborales, me entretejo en la
Vía Láctea, lejos de ironías harpías, distante de pequeños terrenales, a salvo de reptiles envidiosos.
Antonio Domínguez Hidalgo
Yo he tenido ojos azules, azules como el cielo, como el agua clara, como esas noches que dejan ver la vía láctea, azules como el borde de las conchas que crecen en la desembocadura de los grandes ríos.
Sólo QUETZALCOATL, el de los plumajes preciosos de la inteligencia creadora y el viento, la Vía Láctea, el amor y sus placeres y el TEOTL omnipotente, nuestro señor sin cuerpo concreto, XIPETOTEC, desnudo de piel, sin forma, invisible, despojado de apariencia, miraban ansiosos hacía el oriente.
Las estrellas vertían su luz escasa, y sobre el cielo profundo nuestros ojos contemplaban como una bruma ligera, la brillante
vía láctea, ......suspiró.
José Asunción Silva
En el cielo, miles de estrellas parecerían hacerle alegres guiños a la Tierra. La Vía Láctea se distinguiría muy bien, como si, con motivo de la fiesta, la hubieran lavado y frotado con nieve...
XIII Este navegar se me dilata entre energías anárquicas… pero un riel que se aferra a la
Vía Láctea lo lleva hasta mundos platinados, sutiles planetas encubiertos por nieblas patrañeras de otras eras enmagadas en la inercia de la mente presa, de la mano tersa, de la marcha aislada, y me fluye impidiendo que aparezcan los pretéritos gastados en la risa oligarca y pendenciera de sentirse el único entronado bajo el miedo, sobre el hambre...
Antonio Domínguez Hidalgo