Bajo la escena principal se incorpora una versión de El ángel de la Eucaristía de Giambattista Tiépolo y dos grandes a modo de velos laterales que, salpicados de ángeles y querubines, muestran como si de un gran teatro se tratara el entierro del Salvador de la Humanidad.
Construcción del siglo XVIII cuyo interior está adornado con una serie de frescos de Giambattista Tiépolo y de su hijo Giandomenico.
Ocupa el retablo mayor imitando el estilo neoclásico un lienzo de la Inmaculada de Antonio González Ruiz con recuerdos de Giambattista Tiépolo.
Para los grandes formatos, Echena seguía recetas de maestros antiguos como Giambattista Tiépolo y Mengs; normalmente, sintonizan menos con el gusto actual.
Más tarde Giambattista Tiépolo, el gran fresquista veneciano, adornó tres de las bóvedas de la real morada con su pintura decorativa y colorista.