En efecto, Estilpón es objectado por Epicuro, como así también lo son aquellos para quienes la visión del sumo bien es la de un espíribu impasible.
Atal, el estoico, solía decir Escucha a Epicuro, el cual dice más; A una cosa tan honorable y seria yo no le daría un calificativo tan flojo.
Espérame un poco, y te pagaré mi patrimonio; mientras tanto, nos lo dejará Epicuro, el cual dice: O si prefieres esta otra expresión, El sentido es claro: es cosa egregia aprender a morir.
(La expresión es epicureana, pues tal como Epicuro no admite la identidad de intereses entre los amigos, único bien siendo para él de utilidad propia.
A los nombres sagrados de libertad, desinterés y obediencia a las leyes, se sucedieron los nombres de Epicuro, de Zenón, de Arcesilao.
La muerte no comporta ninguna molestia, pues, hace falta existir para poder sentir alguna (argumento tomado de Epicuro – Diógenes Laerci, X, 124-125) y si tanto deseas una vida más larga, piensa que ninguna de aquellas cosas que desaparecen de la vista para volver a salir, no se eliminan.
Traduje la sentencia de Epicuro entera, como lo controvertió Séneca, si bien las palabras griegas sólo dicen no se ha de llegar a la república, porque suenan truncadas y impersonales.
Nadie es pobre de estas dos cosas; todo aquél que limitará su deseo, disputará la felicidad al mismo Júpiter, como dice Epicuro, del cual incluiré una palabra en esta carta.
Y no te parezca que esto es una aspereza de la doctrina estoica, pues Epicuro (a quien vosotros tenéis por patrón de vuestra flojedad, y de quien decís que os enseña doctrina muelle y floja, encaminada a los deleites) dijo que raras veces asiste la fortuna al sabio: razón poco varonil.
Recibe, ya, lo que te debo, y adiós. Esto dice a menudo Epicuro, de una u otra forma, pero nunca se dice suficiente aquello que nunca suficientemente se aprende.
Pruébase que la efigie es parecida a Marco Bruto, de la epístola 20 del libro XIV de Cicerón a Ático, con estas palabras: Epicuri mentionem facis, et audes dicere Non te Bruti nostri vulticulus ab ista oratione deterret? "Haces mención de Epicuro, y atréveste a decir: el varón sabio no se ha de encargar de la república.
Cuando lo habrás conseguido, comenzarás a tener alguna estima de ti mismo, empezaré a permitir aquello que aconseja el mismo Epicuro: Hace falta que te hagas diferente de la multitud.