Los helvecios, los suevos, eran sin duda valientes, pero ¿qué puede el valor contra un ejército disciplinado y organizado como el ejército romano?
Ahora hemos de decir de los suevos, los cuales no son una gente sola, como los catos o los tencteros, sino muchas y diferentes naciones, y con propios nombres cada una, aunque en común se llaman suevos: ocupan la mayor parte de Germania.
2. En esos días, en galicia, Andeca asume un gobierno tiránico sobre los
suevos y toma como esposa a Sisegunda, viuda del rey Miro.
Juan de Biclaro
Los suevos, aun después de canos, retuercen el cabello que causa horror, y muchas veces le atan solamente en lo alto de la cabeza.
Añade autoridad a esto la multitud de los semnones, porque habitan cien ciudades, y por su grandeza se tienen por cabeza de los suevos.
Los suevos, el 408, eran en parte todavía paganos y estuvieron vacilando entre el arrianismo y la ortodoxia hasta que hacia el 560, optaron por la última.
La parte occidental de la Gallaecia fue para los suevos, en tanto que la oriental correspondió a los vándalos asdingos, dirigidos por su rey Gunderico.
Agiulfo trató de proclamarse rey de los suevos, traicionado a Teodorico II, y proporcionando la supervivencia del reino suevo hasta 585.
l 31 de diciembre es el 365.º (tricentésimo sexagésimo quinto) y último día del año en el calendario gregoriano y el 366.º (tricentésimo sexagésimo sexto) y último en los años bisiestos. 406: vándalos, suevos y alanos cruzan el Rin, que estaba congelado, empezando la invasión de Galia.
Así, fue sede episcopal desde el Bajo Imperio y con suevos y visigodos, hasta que Alfonso II trasladó el obispado a Santiago de Compostela (entonces conocida como Compostela) con motivo del hallazgo del sepulcro de Santiago el Mayor, apóstol.
Bien que otros, con la licencia que da la mucha antigüedad de las cosas, afirman que el dios Manno tuvo más hijos, de cuyos nombres se llamaron así los Marsos, Gambrivios, Suevos, Vandilios, y que éstos son sus verdaderos y antiguos nombres.
El rey Leovigildo trastorna en Galicia el territorio de los
suevos, y habiéndole el rey Miro pedido la paz por medio de sus embajadores, se la concede por breve tiempo.
Juan de Biclaro