Lo que se callaba el viejo, lo que se mantenía secreto entre él y el especialista curandero inglés a quien ya como en último recurso había consultado, era el convencimiento de que, puesta en contacto su ancianidad con la fresca primavera de Inesiña, se verificaría un
misterioso trueque.
Emilia Pardo Bazán
Un amor desgraciado, una esperanza muerta, un desencanto de la vida, un olvido eterno del mundo: he aquí el poema
misterioso que se deducía de los dos ascéticos dramas que encerraba aquel lienzo.
Pedro Antonio de Alarcón
¡Oh cuán sólidamente obra quien es sólidamente bueno! Donde se mostró misterioso, pareció culpado a la vista de los mal contentos de las obras ajenas.
Para perfeccionarnos ¡Señores!… Para levantarnos paso a paso al sublime y misterioso puesto que la Providencia reserva al hombre para más remotas y venturosas edades.
Así nadie se dará cuenta de quiénes fueron y por más que nos busquen... —Sí... A las seis de la mañana salgo.. —murmuró
misterioso el pensativo. —¿Salimos... no? -exclamó uno de los asaltantes.
Antonio Domínguez Hidalgo
Hablaba sin labios artesanos de su voz. Existía..... y sin embargo nadie se percataba de ello. Era
misterioso. Imperceptible. Ignorado.
Antonio Domínguez Hidalgo
Como estaba escrito en sánscrito, antigua lengua sagrada de aquel país misterioso, el librero no tuvo reparo en casi regalárselo.
Y si gusto da ver lo ya descrito, no lo da menos ver la estantería, llena de botellas, adornadas con vistosísimas etiquetas; estantería que cubre el fondo del establecimiento menos en la parte central, donde un pasadizo da acceso a un patio dividido, por cañas y enredaderas, en reducidos cenadores, donde, en los meses del estío, buscan refugio apropiado y misterioso amores de contrabando y negocios no acreedores a muy lisonjeros adjetivos.
—Para lo próxima semana, se lo aseguro colega. Ese dinero ya es nuestro...— Un delgado individuo afirma a otro de lentes oscuros que lo hacen dárselas de
misterioso.
Antonio Domínguez Hidalgo
Imperceptible en los tiempos de la Patria Vieja, empieza lentamente a crecer como en un invernáculo en 1821 en el ambiente propicio y misterioso de las logias Independentistas y Caballeros Orientales.
Los valencianos agolpábanse en torno de la casa, contemplando de día el negro penacho de humo y por la noche el resplandor rojizo que arrojaba la chimenea. Lo
misterioso de los preparativos dábales fe.
Vicente Blasco Ibáñez
En cambio, a lo mejor, tendidos en la umbría, una hoja vaga que se desprende de la fronda nos roza la sien y produce en nosotros un misterioso estremecimiento, en que nos parece barruntar un suceso inmenso que en aquel instante está ocurriendo, tan grande y universal que no tiene límites, que no tiene forma, que no puede ser definido ni nombrado, y del que la hoja caediza es sólo un humilde nuncio o infinitesimal síntoma.