Pero Aquiles dio un brinco enérgico y dejó el bastón (pues capa no tenía) en casa de aquella especie de Pasifae enamorada de un cuadrúpedo.
Y diciendo esto, pego un brinco, me voy a la puerta de la calle y le grito al que capitaneaba el pelotón, que era uno al que le decían el Moreno, y el cual ya estaba casi en los límites de la provincia: -Oye, tú, ven acá, que voy a hacerte un regalo.
Cierto inglés, de vuelta de su saladero vadeaba este pantano a la sazón, paso a paso, en un caballo algo arisco, y sin duda iba tan absorto en sus cálculos que no oyó el tropel de jinetes ni la gritería sino cuando el toro arremetía al pantano. Azoróse de repente su caballo dando un
brinco al sesgo y echó a correr dejando al pobre hombre hundido media vara en el fango.
Esteban Echeverría
No, no; hay épocas de brinco y crisis subitánea, en que una multitud de pequeñas variaciones acumuladas en lo inconsciente brotan de pronto, originando una desviación radical y momentánea en el centro de gravedad de la conciencia pública.
¡Valiente obstáculo!... Esas las sal- taba de un brinco. Roberto Robert, que saltó desde el almuerzo de un do- mingo á la comida de un jueves, sin tropezar siquiera con un garbanzo, no dio brinco mayor que el de las bocacalles de mi paisano.
-Ese galán que está a vuestro lado -respondió el caballero. -En verdad que pensé -dijo Preciosa- que juraba vuestra merced por algún niño de dos años: ¡mirad qué don Juanico, y qué
brinco!
Miguel de Cervantes Saavedra
Cuando el más ágil de los lebreles llegó a las carrascas, jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, rápido como una saeta, las había salvado de un solo
brinco, perdiéndose entre los matorrales de una trocha que conducía a la fuente.
Gustavo Adolfo Bécquer
Ya en esto tenía Carriazo enjaezado el asno; y, subiendo en él de un
brinco, se encaminó al río, dejando a Avendaño muy alegre de haber visto su gallarda resolución.
Miguel de Cervantes Saavedra
Se arrojó con salto nervioso hacia la fuente. En el instante mismo, los endriagos de los tibores, desperezándose, pegando un
brinco felino y cruel, se interpusieron.
Emilia Pardo Bazán
Trueno del temporal: oigo en tus quejas crujir los esqueletos en parejas; oigo lo que se fue, lo que aún no toco, y la hora actual con su vientre de coco. Y oigo en el
brinco de tu ida y venida, ¡oh, trueno!, la ruleta de mi vida.
Ramón López Velarde
-A la de tres, corremos.- ordenó el CACOMIZTLE echador. Entonces dio un paso para adelante y la rana, un brinco. Cuando el CACOMIZTLE dijo tres, la rana tanteó el tamaño de la cola del presumido y de un salto se montó en ella sin que el CACOMIZTLE lo sintiera y menos lo notara.
La Muerte, que es muy ágil, dió un
brinco y se montó en una horqueta del aguacatillo; se echó la desjarretadera al hombro y se puso a divisar.
Tomás Carrasquilla